Intentos de solución fracasados

Los problemas humanos siempre han sido una preocupación para las personas. El vivir no es una experiencia sencilla y se entorpece por las dificultades naturales que aparecen en el normal tránsito de la vida. El problema es cuando las dificultades se transforman en problemas. Los problemas estancan y bloquean la evolución e impiden el crecimiento, principalmente cuando no se resuelven y las personas terminan conviviendo con el problema y toda su ecología gira alrededor del despotismo que éste ejerce. La conversión de la dificultad en problema y su posterior perpetuación, es el 0resultado del fracaso de los intentos por solucionarlo, con el agravante de que dichas tentativas –en sí mismas- también se han convertido en problema, ya que cuanto más se intenta solucionar, más del mismo resultado se obtiene, por ende, más se instaura en el sistema el problema original.

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Los intentos de solución, son una serie de acciones e interacciones que están dirigidas a resolver la dificultad. Estas acciones son los mecanismos típicos, a los cuales la persona recurre cuando se encuentra frente a un obstáculo. En general, los seres humanos no explotamos nuestra creatividad al servicio de los intentos de solución. Nuestros marcos conceptuales regidos por la lógica racional (y numerosas son las oportunidades en las que la lógica resulta ineficaz), ciñen un repertorio muy estrecho que no favorece a la variación en términos cualitativos. Pero es lo cuantitativo, el terreno donde nos movemos mejor: tendemos a hacer más de lo mismo a pesar de que los resultados no apunten en la dirección esperada y se obtenga el fracaso.

A pesar de que el niño continúe con problemas de estudio, los padres siguen recurriendo a profesores particulares obteniendo leves modificaciones o ninguna. La hija no quiere comer y la madre continúa presionándola con sendos platos de comida, generándole mayor aversión a la comida. El jefe sigue utilizando la reprimenda frente a la ineficacia de un empleado, produciéndole mayor tensión y nerviosismo, con lo cual aumenta su insuficiencia. Los padres le ordenan al hijo que no grite, gritándole. Estas formas de actuar en pos de resolver el problema, genera sendas profecías que se autocumplen: tanto se trata de evitar un tema que se termina construyéndolo en la acción.

¿Por qué hacemos mas de lo mismo?

Cabe preguntarnos: ¿Cuáles son los motivos por los que continuamos aplicando la misma fórmula a pesar de la inefectividad?, ¿Por qué se reitera y se incrementan las tentativas de solución aunque se obtiene el resultado contrario? La respuesta se halla en nuestra propia mente, en nuestra forma de procesar información. Y estos procesos están basados en:

1. La búsqueda de las causas: nuestro pensamiento se basa en la lógica del porqué lineal, causa-efecto, es decir cada vez que vemos un resultado tratamos de explicarnos el porque sucede.

2. Principio explicativo: la tendencia a explicarnos pero de manera unidireccional y simplista.

3. El método analítico: descomponemos partes, analizamos cada una y las sumamos con la ilusión de captar y entender el todo.

4. Pensamiento binario: que oscila linealmente entre polaridades (blanco negro, alto bajo, cerrado abierto).

5. La lógica matemática: aplicamos la lógica deductiva a la resolución de problemas emocionales.

6. Realidad objetiva: sostener a ultranza la búsqueda y creencia en una realidad única, externa a la mirada y creer que puede observarse con objetividad.

7. Busca de la verdad única: entender que existe una sola verdad y que debe ser develada en la ilusión de solucionar el problema.

8. El insight: creer que el descubrir esa realidad externa, esa única verdad, explicarla y comprenderla, es la posibilidad de resolver el problema.

9. Inercia cognitiva: tendencia a aplicar esquemas de pensamiento repetitivos, a estereotipar procesos tipo efecto dominó cognitivo.

Todos estos componentes conforman una forma de abordar los problemas, analizarlos y aplicar fórmulas para resolverlos. Cuantas veces tendemos a aplicar soluciones memorizadas y reiteramos el más de lo mismo, mientras que continuamos aplicando esquemas repetitivos. Esta rigidez de los esquemas mentales conforman nuestro modelo cognitivo, del cual somos presos si no logramos ejercitarnos en la creatividad y excedemos los límites de nuestras fronteras mentales.

El hemisferio izquierdo, racional y lógico, es el que predomina en el análisis de la situación para una probable solución. Mientras que el derecho, creativo y más emocional, se relega cuando es el momento que más hay que activarlo.

Salir del cuadrado mental

Este proceso se observa claramente en los problemas de ingenio, por ejemplo en el problema de los nueve puntos. Este es un problema simple y dificultoso de aprender pero que es un claro ejemplo de soluciones intentadas fracasadas. Se colocan nueve puntos (como indica la próxima figura) y la consigna es atravesarlos sin levantar el lápiz con cuatro líneas rectas.

psicología

Cuando analizamos el proceso, después de la pautación de la consigna y mirando los nueve puntos es imposible no ver el cuadrado (por la ley de percepción gestáltica de la proximidad: una sucesión de puntos conforman una línea recta). Entonces, la persona queda atrapada dentro de la cuadrícula, con lo cual los ensayos se hallan circunscriptos al perímetro del cuadrado. Para lograr resolver el problema se debe exceder la ilusión de ese perímetro. Porque al final eso es, una ilusión. Las líneas que trazaremos para solución de la propuesta deben traspasar los límites del cuadrado imaginario.

psicología

El cuadrado que vemos no solo es concreto sino que es una metáfora de nuestra propia cuadratura conceptual, nuestros esquemas rígidos que no nos permiten salir de nuestro modelo de procesar información. Para exceder el perímetro de nuestro modelo, hace falta creatividad. Si realizamos una asociación con la teoría de los dos hemisferios, la cuadratura es nuestro hemisferio izquierdo, racional, de cálculo matemático; mientras que el derecho, (las líneas que exceden el perímetro) es más emocional y es el que nos indica el camino de la creatividad.

Es que nuestro cerebro sistematiza no solo contenidos sino procesos, más precisamente formas de procesar la información. Por otra parte, estamos tan imbuidos en la lógica racional que aplicamos fórmulas basadas en ella y nos olvidamos de que los problemas humanos están regidos principalmente por las emociones. Con esta base y haciendo honor a la frase El hombre es un animal de costumbre, aplicamos una y otra vez la misma fórmula a pesar de obtener el resultado contrario al que deseamos obtener. Mientras tanto cuestionamos los resultados y no las premisas que nos llevan a los mismos.

Al investigar el motivo del mantenimiento de los intentos de solución, además de la sistematización de operaciones mentales, se observa que algunos intentos de solución ofrecen un alivio momentáneo. Por ejemplo, la señora está angustiada y está buscando naturalmente el sentido de su tristeza. Entonces mira el día lluvioso y gris y lo atribuye como causa de su malestar. Claramente no transforma su estado pero esa justificación momentánea le otorga cierta tranquilidad.

Muchos sistemas intentan fallidamente

Los intentos de solución no se remiten únicamente a las iniciativas personales. Una persona se halla imbuida en una serie de intentos personales fracasados, luego que pasa años sistematizando el mismo proceso se ha vuelto más vulnerable y por ende más dependiente de su entorno y recurre a éste en la búsqueda de respuestas que lo acerquen a la mejoría. Quiere decir que entre los intentos fallidos en principio se observan Intentos personales que son aquellos en que la misma persona hace y hace en pos de una solución, entre estas tentativas se encuentran lo que llamo mantras, por ejemplo ¡No me va a pasar no me va a pasar!, ¡Que me vaya bien que me vaya bien!. También Intentos profesionales donde asistió a diferentes personas con experticia para que lo ayuden a la solución.

Y por último, hay Intentos de personas afectivamente cercanas, que son vecinos, amigos, familia, etc. que dan consejos útiles que a veces resultan inútiles, que motivan e impulsan a salir adelante pero dan respuestas ineficaces o al menos se conduelen de lo que nos sucede. Muchos de ellos nos arengan como pastores ¡Tu puedes, tu puedes!. Con lo que las personas además de no encontrar una solución quedan entrampadas entre la exigencia interna de que salga todo bien y la externa del Tu puedes, y esto genera tal ansiedad que no beneficia a la resolución.

Si continuamos con semejante inercia poco lograremos solucionar. A ver si esta metáfora aclara: si estamos en el medio del partido de fútbol y sentimos que vamos perdiendo el encuentro, y agachamos la cabeza y miramos la pelota corriendo desesperadamente, esa una fórmula negativa. Recomiendo tener la pelota bajo los pies, pisarla, dominarla, frenar y levantar la cabeza para saber que dirección voy a tomar, si continúo yo o la paso a jugadores mas expertos o si disparo al arco, o… cualquier opción menos insistir con la ineficaz.

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