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De ahí la expresión de que el diputado y senador, al asumir el poder se sientan en su silla curul.
No es kuru como señaló la diputada Del Pilar Medina (ANR-HC). Kuru en el idioma guaraní sería grano de la piel resultado de la inflamación dérmica. También kuru en alusión a la gallina clueca.
En sus respectivos curules están sentados por ejemplo, los diputados de Misiones Hugo Capurro (liberal-llanista) y Derlis Maidana (ANR-cartista). Fueron electos para representar al pueblo en el Poder Legislativo y cumplir la misión de legislar, denunciar la corrupción y defender los intereses de la República. Dentro de las prerrogativas figura precisamente impulsar el juicio político a altos funcionarios que han defraudado al pueblo.
Pero las discusiones en la Cámara de Diputados se volvió un circo. El nivel de los debates demuestra qué clase de representantes tiene el pueblo. Al final los diputados con títulos universitarios no les sirven absolutamente de nada, porque no existe compostura ni lenguaje apropiado para analizar un tema tan delicado como el juicio político.
La ciudadanía se decepcionó del espectáculo que ofrecieron los parlamentarios que en vez de analizar el libelo acusatorio cayeron en acusaciones personales y expresiones peyorativas.
Además de la falta de mesura y equilibrio algunos diputados como Édgar Ortiz (liberal-llanista) cayó en confusión al señalar que se lava las manos como Judas Iscariote. Pero fue Poncio Pilato el gobernador romano en Judea quien se lavó las manos al ordenar la crucifixión de Jesús. Judas Iscariote fue el traidor que entregó al Mesías a los judíos.
Esto demuestra que para las próximas elecciones la ciudadanía debe atender muy bien para depositar sus votos y elegir a gente creíble, preparada, con formación académica. El legislador debe tener conocimiento y sentido común para analizar los problemas del país a la luz de la razón.