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A cuentagotas fueron llegando los esperados biológicos y la respuesta de la ciudadanía fue clamar para que lleguen todas las necesarias para poder frenar el avance de casos graves, que desmembran familias.
El Plan Nacional de Vacunación avanza según la disponibilidad de dosis y en ese sentido se inició la segunda etapa que beneficia a personas de 18 a 49 años que padecen enfermedades de base.
Penosamente un sector de la ciudadanía a quien ya le llegó el turno no acude a recibir su dosis, algunos porque buscaban inmunizarse solamente con tal o cual vacuna.
Ayer algunos no tenían su certificado médico porque supuestamente se avisó tarde; sin embargo, se trató de salvar la situación disponiendo de médicos en algunos vacunatorios, como el de Fernando de la Mora, para garantizar que se vacunen.
Honestamente y prácticamente desde el día en que se dio a conocer el Plan de Vacunación se dijo que se debería certificar que se padece enfermedad de base, porque obviamente ningún vacunador es adivino para saber si efectivamente la persona padece, por ejemplo, diabetes.
Incluso suelen estar en fila personas que ni siquiera se inscribieron, causando demoras innecesarias, a pesar de que no existe en Central problema de conectividad ni de celulares u otros métodos para hacerlo a través de internet.
Mientras algunos tienen la posibilidad de vacunarse y no lo hacen, personas sin comorbilidad ni la edad necesaria pero que son trabajadores esenciales esperan su turno.
El país necesita que cada ciudadano haga su parte, a la par que exigimos a las autoridades que cumplan su compromiso y obligación, porque al virus lo vamos a vencer todos juntos, no hay otra forma. No quisiera que seamos más ese país al cual se le endilga que cada pueblo tiene la autoridad que se merece.
antonia@abc.com.py