Essap y aguateras juegan con la gente

Un reciente estudio del Banco Mundial señala que el 70% de las firmas prestadoras de agua potable en el país opera de manera informal. En muchos casos, estas ni siquiera cloran el líquido antes de largar a la red.

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Los proveedores son mayoritariamente juntas de saneamiento, aguateras privadas y comisiones vecinales, cuyos usuarios están totalmente desprotegidos. Si bien existe el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Erssan), este solo brilla por su ausencia ante los reclamos de la gente.

Mientras los usuarios mendigan el vital líquido, las aguateras tienen “canilla libre” para hacer lo que quieren.

Se empeñan en captar más clientes, pero no hacen el mismo énfasis en mejorar su infraestructura. Apenas se va la energía eléctrica ya dejan sin agua por días y hasta semanas a las comunidades, esto, en las narices del Erssan y de la Secretaría de Defensa del Consumidor (Sedeco).

Estas instituciones lejos están de velar y garantizar que la ciudadanía reciba agua potable de calidad. Mientras hacen vista gorda a la problemática, las prestadoras recaudan, y sin emitir factura en muchos casos.

Por otra parte, el Banco Mundial trató de eficiente a la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), pero esta sigue demostrando lo contrario. Cada semana renueva su discurso para justificar la falta de agua en los barrios de Asunción y Gran Asunción. El ente se pasa bombardeando con comunicados, pero no es capaz de responder en tiempo y forma los reclamos. De hecho, se jacta de la instalación de plantas móviles para “garantizar” la provisión de agua en este verano, pero las mismas estarán en condiciones de uso recién en enero. Hasta parece un chiste.

En el país funcionan 5.000 prestadores de servicio de agua. ¿Quiénes les controla o procesa? ¿Cuál es la calidad de agua que consume la población? ¿Hasta cuándo se tendrá que soportar que las aguateras, juntas de saneamiento y la Essap jueguen y hagan lo que quieran con la gente?

Los pozos, nacientes y espejos de agua están en riesgo, podrían seguir secándose. A sabiendas de que el panorama podría empeorar, casi nada se ha hecho para garantizar la cobertura total o casi total del agua en el país. De momento, hay proyectos plasmados en papeles, pero sabemos que del dicho al hecho hay un largo trecho.

Mientras la ciudadanía permita que aguateras y Essap sigan con la misma cantaleta, y no se invierta realmente en mejorar los servicios sanitarios, seguirá llorando y viviendo un suplicio. Hay que elevar la voz o se repetirá la historia con las generaciones venideras, que deberán juntar agua en baldes, botellas y pagar montos elevados a fin de mes por un pésimo servicio.

emilse.rolon@abc.com.py

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