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¿Conoce usted a alguien que gana 10 millones? Seguramente es alguien “sin vida” (social) dedicada 100% a trabajar, con un puesto de gerencia. ¿Se imagina ganar 12 millones? Debería tener un puesto altamente técnico, con exceso de responsabilidades, personas a su cargo, viajes largos de trabajo, reuniones, mucha presión, etc. Claro que todo lo mencionado anteriormente es para el pueblo… No para los corruptos, ni para los zánganos del Estado.
Ser concejal de Asunción, por ejemplo, es un excelente negocio. Prácticamente podés no hacer nada, solo regalar tus votos a quien te convenga y así persistir en el poder un buen tiempo, ganando de G. 12 a G. 20 millones fácilmente, entre salarios, vales de combustibles, bocaditos, viajes, viáticos, entre otros.
Si ya de por sí eran unos holgazanes, imagínense ahora en la pandemia. Mientras los ciudadanos luchan por la presión de “reinventarse”, vendiendo comida, haciendo “camba” (trueques), estudiando otra profesión, ofreciendo sus servicios de niñera, empleada o fotógrafa a precios irrisorios, endeudándose, ¿qué creen que hacen los concejales?
Prácticamente nada. Salvo tres excepciones, los demás ediles o se quedan en casa o no presentan minutas, no hacen proyectos, no se interesan por lo que pasa en la ciudad. Asunción “se cae a pedazos” y ellos no son capaces de conectarse a su computadora para sesionar. Desde que se inició la pandemia suspendieron sus sesiones ordinarias y solo hacen cada tanto una extraordinaria con un orden del día breve.
Incluso, aunque tienen la posibilidad de sesionar desde su hogar, varios se ausentan. Solo se les pide que “trabajen” (muestren su cara) UNA vez a la semana como máximo, pero ni esto hacen.
La Municipalidad insiste en que el ciudadano que podría estar pasando uno de los momentos económicos más difícil de su vida, pague sus impuestos. ¡Hay que pagar el salario a los concejales holgazanes!