Enfermedades mentales: un grave problema de salud pública

Este estudiante estaba cursando el último año de la secundaria. Se le conocía como un excelente deportista y un gran amante de la música. Tenía muy buenas notas y era candidato para obtener una beca; de manera a poder seguir sus estudios universitarios.

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Gozaba de la amistad de muchos otros jóvenes y sin dudas fue muy querido por toda su familia y los profesores del colegio. Todos por igual esperaban un brillante futuro para él.

Desafortunadamente un día, para sorpresa de todos, sucedió algo trágico e inesperado: se disparó en la cabeza y terminó con su propia vida.

Esta es la historia de un serio impedimento de la función cerebral, porque en realidad una enfermedad mental es cualquier enfermedad que afecta la manera en que una persona piensa, actúa y siente. Como la mayoría de las enfermedades, tienen en sus orígenes factores biológicos, psicológicos y ambientales.

En sus formas más severas, son primariamente enfermedades del cerebro donde una malformación o una mala función de sus complejos procesos electroquímicos causan distorsión del pensamiento, de los sentimientos o el comportamiento. Conceptualmente, en realidad ya no existe una justificación para la separación entre mente/cuerpo o enfermedades mentales y físicas.

Las enfermedades mentales son tan prevalentes como las otras enfermedades médicas. Basta con recordar que en un año determinado el 50% de las personas serán afectadas por enfermedades respiratorias, el 20% sufrirán de enfermedades cardiovasculares y el 30% de las personas padecerán de enfermedades mentales o trastornos por abuso de sustancias químicas. (Archives of General Psychiatry, Feb. 1993)

Lo terrible es que a pesar de algunos progresos en la educación acerca de las enfermedades mentales, los mitos y el silencio continúan cubriendo la dolorosa realidad de quienes las padecen.

En nuestro ambiente, hablar de estas enfermedades todavía es un tabú y aún son vistas por algunos como signos de debilidad. Por eso, reportar un previo tratamiento psiquiátrico en una aplicación para un trabajo puede perjudicar enormemente la posibilidad de ser elegido para dicha tarea.

Definitivamente, el estigma que todavía sigue fuertemente pegado a las enfermedades mentales da lugar a medidas discriminatorias hasta en los beneficios de coberturas de salud.

Por todas estas cosas, es importante que los medios de comunicación se constituyan en los principales canales de información sobre las enfermedades mentales, a pesar de no ser la responsabilidad de los periodistas el educar al público. Sin embargo, confío en la capacidad de los profesionales de la comunicación para transmitir la información completa y veraz sobre este tema.

Para defender a los más vulnerables en la sociedad sería importante que el público sepa que los enfermos mentales, cuando cometen un crimen violento, generalmente lo realizan contra miembros de su propia familia y raramente contra extraños. Debemos insistir en que los recientemente publicitados crímenes contra la mujer, conocidos como “feminicidios”, en su gran mayoría son cometidos por personas con una enfermedad mental, abuso de alcohol o de cualquier otra sustancia química.

Estos hechos de suicidio o asesinato de la propia familia representan claramente las consecuencias de las condiciones mentales no diagnosticadas y, lastimosamente, no tratadas. Todos sabemos que los crímenes violentos han aumentado considerablemente entre nosotros, pero lo que no conocíamos es que los crímenes violentos realizados por personas con enfermedades mentales son los únicos prevenibles o evitables con un buen tratamiento.

El impacto de estas enfermedades en la sociedad es enorme. Basta recordar, por ejemplo, que la enfermedad depresiva produce más ausencia en el trabajo que cualquier otra enfermedad, siendo solo superada por las enfermedades cardiovasculares; y que la gran mayoría de las personas que se suicidan cada año sufren de enfermedades mentales o adicciones.

No podemos seguir siendo indiferentes a esta dolorosa realidad y el Estado paraguayo no puede ignorar este grave problema de salud pública.

* Médico especialista diplomado del Consejo Americano de Psiquiatría y Neurología

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