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Primero divulgaron la acusación contra el exsecretario antilavado del “Patrão”, Óscar Boidanich. Es el alto funcionario que “no vio nada” de los movimientos del “hermano del alma” Darío Messer en Paraguay.
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Con esto, Emily intentó sin éxito acaparar los aplausos de la ciudadanía. Pero su plan duró muy poco porque había sido que tenía bien guardadito el sobreseimiento fiscal a favor del “Patrão” por la denuncia por supuesto enriquecimiento ilícito.
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Para esta decisión colaboró también el contralor Camilín Benítez (ANR), quien de esta manera se quiere ganar los puntos de la “Casa España” para llegar a la “Corte de los Milagros”.
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Pero atención con esto. Primero se firmó lo del “Patrão”, el día de la victoria de Paraguay ante Uruguay y luego lo de Boidanich. La intención era anunciar el martes pasado pero como la selección de fútbol perdió ante Brasil, entonces no había un “clima adecuado”.
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Con razón que el canciller viajó a Washington DC rápidamente para mostrarle al Gobierno de Trump que el “Patrão” es un “perseguido político” angá. Y que supuestamente el gobierno anterior y la prensa “onegeísta”, “globalista”, “zurda”, anti profamilia, bla, bla, bla, engaño a EE.UU.
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Esta es la última carta que tienen para obtener el perdón. ¿Conseguirán convencerle a Washington?
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Los ultraderechistas que se reúnen en Asunción nos enseñaron algo: Que hay ONG buenas y malas. La comisión “garrote” satanizó a todas pero no es así. Las buenas son de la ultraderecha.
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El perifonero fue cómplice de la violación constitucional de la reunión de la ultraderecha. Mutis ayer. Solo culpó a inmigrantes de la crisis económica de los países. El nacionalsocialismo decía lo mismo.