Plagas tempranas en soja

Plagas tempranas en soja
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El desarrollo inicial de la soja, principal cultivo extensivo del Paraguay, marca en gran medida el potencial de rendimiento final. Sin embargo, desde la germinación hasta los primeros 35 a 40 días el cultivo enfrenta el período más vulnerable: la presencia de plagas iniciales o plagas de suelo. ABC Rural conversó con la entomóloga Ing. Agr. Nancy Espinoza, quien compartió los mecanismos más efectivos para el control.

Las plagas de suelo e iniciales, muy pocas veces son visibles a simple vista, pero su daño es profundo y silencioso: reducen el stand de plantas, debilitan el desarrollo radicular y exponen al cultivo a estrés fisiológico posterior. En muchos casos, las pérdidas ya están instaladas antes, incluso, de la primera recorrida formal del lote.

¿Por qué aumentaron las plagas tempranas?

La superficie agrícola paraguaya se estructura sobre tres grandes cultivos extensivos: soja, maíz y trigo, que ocupan más del 90% del área en la región Oriental. Esta dinámica, aunque eficiente desde lo productivo, trae como consecuencia una disponibilidad constante de alimento para insectos polífagos.

Es así como se ha incrementado la aparición de Elasmopalpus lignosellus (broca del cuello), los diplópodos o ciempiés (Julus spp.), grillos, vaquitas defoliadoras, orugas cortadoras (complejo de Spodopteras), y picudo (Sternechus subsignatus).

Estas especies encuentran en los rastrojos humedad, refugio y materia orgánica en descomposición, lo que acelera el inicio de sus ciclos en los primeros estadios del cultivo siguiente.

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Plagas iniciales y su impacto agronómico
Plagas iniciales y su impacto agronómico

Causas de mayor presión de plagas

De acuerdo a la experta, esta presión se acentúa en años con siembras sobre rastrojo grueso, suelos arenosos o con baja cobertura uniforme; sequía previa o alternancia de humedad superficial y ambientes con poca rotación real de familias botánicas.

Estos factores definen por qué dos lotes vecinos pueden mostrar comportamientos muy distintos: no es solo la semilla, sino la historia agronómica y biológica del suelo, entre ellos la historia de plagas presentes en la parcela.

La clave: manejo preventivo

La experiencia en campo, sostiene Nancy Espinoza, demuestra que el error más frecuente es intentar controlar estas plagas una vez que el daño ya está instalado.

A diferencia de orugas defoliadoras o chinches, las plagas de suelo no se corrigen con aplicaciones foliares tradicionales: están protegidas en el estrato inferior o bajo superficie, y su daño es mecánico y rápido.

El manejo preventivo efectivo incluye tres pilares, aconseja Espinoza:

a) Tratamiento de semillas: los curasemillas protegen las primeras tres semanas críticas, cuando el cultivo aún no tiene capacidad de compensación. Actúan por contacto e ingestión, frenando el ataque y reduciendo el número de aplicaciones posteriores. Principales ingredientes activos empleados en sistemas profesionales: Imidacloprid; Thiametoxam; Fipronil; Cyantraniliprole / Chlorantraniliprole; Thiodicarb.

La diferencia entre un tratamiento correcto y uno deficiente no es solo “tener curasemillas”, sino lograr cobertura uniforme, adherencia estable y dosificación adecuada al riesgo.

b) Mapeo previo del lote: los lotes con historial de ataque deben ser monitoreados antes de la siembra, no después. La presencia de rastrojo denso, gramíneas voluntarias o maíz previo incrementa la probabilidad de supervivencia invernal de larvas.

c) Momento de siembra y condición ambiental: sembrar en suelo muy seco favorece el ataque de Elasmopalpus, mientras que humedad superficial constante atrae diplópodos. La ventana de siembra debe analizarse no solo por temperatura y lluvia, sino también por riesgo entomológico.

Cinco claves prácticas para el manejo temprano

Diagnosticar antes de sembrar: identificar lotes con historial y mapear zonas calientes.

Elegir tratamiento de semillas adecuado: cobertura + adherencia + ingrediente activo acorde al riesgo.

Evitar aplicaciones foliares tempranas innecesarias: no resuelven daño de suelo y pueden eliminar enemigos naturales.

Manejo del cultivo anterior: rastrojo y hospedantes determinan la presión inicial.

MIP desde el inicio: prevención, no reacción, es el principio básico del manejo temprano.