Con una demanda internacional en crecimiento y condiciones agroclimáticas favorables, el cultivo del maní se perfila como una alternativa rentable y sustentable a los rubros tradicionales. ABC Rural conversó con Marcelo Hartmann, uno de los representantes en este rubro.
A diferencia de cultivos extensivos, el maní es considerado un “cultivo especial, no es un commodities, requiere cuidados y manejos diferenciales”, remarcó Hartmann. Si bien hoy se cultiva en menor escala, las proyecciones apuntan a una expansión, acompañada de avances técnicos y apoyo institucional.
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Suelo, adaptación y manejo
Hartmann mencionó que el producto se adapta bien a suelos arenosos, por ser más fáciles de trabajar en la cosecha, ya que el grano se forma bajo tierra. Sin embargo, también tiene buena tolerancia al estrés hídrico y una alta capacidad de simbiosis con el suelo, lo que le permite desarrollarse en zonas donde otros cultivos no prosperan.
“El maní es originario del Cono Sur y la zona andina, por eso tiene una adaptación natural a nuestras condiciones”, comentó, destacando su potencial agronómico y su demanda creciente por parte de los productores paraguayos.
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Variedades y formalización del sector
Una de las limitantes históricas del cultivo ha sido la falta de un registro oficial de variedades en Paraguay. Este año, sin embargo, se dio un paso clave, cuenta Hartmann: gracias al trabajo conjunto entre Transagro, el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave ) y el Instituto Agronómico de Campinas (IAC - São Paulo, Brasil), se están realizando los primeros registros formales. “Es un logro importante para la formalización del cultivo y para posicionar la marca país”, comentó.
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Las variedades en proceso de registro corresponden al tipo runner, ideal para cosecha mecanizada. También existen otros tipos como virginia, de mayor tamaño, y los tradicionales español o valencia, más conocidos en huertas familiares.
Con visión de exportación
Uno de los grandes saltos es el ingreso a la etapa de industrialización, con miras a la exportación de maní de alta calidad a mercados exigentes. El proceso de poscosecha incluye descascarado, clasificación por tamaño (calibre) y selección óptica, todo orientado a cumplir con estándares internacionales.
Además de su sabor característico, el maní se destaca por sus propiedades nutricionales. “Es rico al paladar y muy sano, similar a las nueces. Eso ha hecho que la demanda internacional no pare de crecer”, indicó.
Hartmann sostiene que el consumo es parte de la cultura paraguaya, aunque la disponibilidad del producto ha sido limitada y hay la necesidad de abastecer el mercado local con maní sano, sabroso y accesible.

Desafíos y precios
Uno de los principales desafíos para el sector es la caída de los precios internacionales, motivada por la sobreoferta global. “Brasil y Argentina aumentaron mucho sus áreas de siembra, y eso impactó directamente en los precios”. El año pasado, el precio por tonelada rondó los US$ 550, pero para esta campaña se espera una cotización sensiblemente menor.
“Estamos construyendo un camino a largo plazo, con base en la calidad, la formalización y el acompañamiento técnico al productor. El maní paraguayo tiene todo para consolidarse como un producto de exportación”.
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Hartmann detalló que se apuesta por esta oleaginosa como una alternativa rentable y sostenible para los productores, especialmente en regiones donde se busca diversificar la producción agrícola.
El negocio global del maní
El mercado mundial del maní movió en el 2024 más de 50 millones de toneladas, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Un mercado dominado por gigantes como China con 19 millones de toneladas al año en términos de producción, seguido por India en segundo lugar y Nigeria en el tercero; también presenta una complejidad en sus dinámicas de exportación, fluctuaciones de precios y volúmenes comercializados.
Mientras China consume gran parte de su producción, países como Argentina y Estados Unidos se erigen como actores clave en la oferta exportable global. Argentina ha consolidado su posición como el segundo exportador a nivel global de maní de alta calidad, destinando gran parte de su cosecha (86%) a mercados exigentes en Europa y Asia, logrando en el 2024 ingresos por US$ 1.186 millones.
La Unión Europea, China, Indonesia, Vietnam y Reino Unido se encuentran entre los principales destinos de las exportaciones de maní a nivel global, demandando el fruto en diversas presentaciones: crudo, tostado, procesado en mantequillas o aceites.
Los precios internacionales están sujetos a una serie de factores que van desde las condiciones climáticas en las principales regiones productoras hasta las políticas comerciales y la demanda de la industria alimentaria.
Las cotizaciones pueden experimentar volatilidad significativa, influenciadas por la especulación en los mercados de commodities, los costos de transporte y los aranceles. En cuanto a las cantidades comercializadas, si bien no existe un registro exacto en tiempo real debido a la diversidad de transacciones y calidades, las exportaciones globales de maní rondan varios millones de toneladas métricas anualmente, lo que subraya la importancia de este cultivo no solo como alimento básico sino como un producto agrícola de relevancia estratégica en el comercio internacional.