Paraguay empieza a experimentar una dinámica emergente en la que la educación superior actúa como industria estratégica, capaz de generar inversión, consumo y movimiento territorial. Lo que antes se analizaba únicamente desde la óptica académica —cantidad de universidades, oferta de carreras o matrícula— ahora ingresa también al radar económico.
En zonas como Ciudad del Este o Pedro Juan Caballero, la presencia masiva de estudiantes extranjeros, especialmente brasileños, ha activado un círculo de demanda sostenida que impacta en hoteles, alquileres, supermercados, coworks, residencias estudiantiles, transporte, clínicas privadas, comercios de salud y servicios profesionales. Este movimiento no es anecdótico, sino un factor que está modificando la estructura económica de zonas fronterizas y multiplicando oportunidades de negocios satélites.
En ese contexto, la Universidad Central del Paraguay (UCP) se posiciona como uno de los principales articuladores del fenómeno. Su crecimiento académico y su capacidad de atraer miles de estudiantes no solo han elevado la oferta de profesionales formados en el país, sino también han convertido a Paraguay en un polo de capacitación médica con impacto real y medible en la economía local. Cada estudiante que cruza la frontera para formarse en Paraguay no solo viene a aprender, sino que viene a consumir, alquilar, contratar, desplazarse y vivir dentro del ecosistema económico paraguayo.

Visión, modelo académico y sentido humano
El desarrollo de la UCP no puede entenderse únicamente por su expansión territorial o cantidad de alumnos, sino también por la claridad de su modelo académico. La institución ha sostenido que formar médicos no es un proceso meramente técnico, sino profundamente humano, porque implica desarrollar profesionales capaces de comunicarse con sus pacientes, comprender el contexto de cada uno y ejercer su rol con sentido ético y responsabilidad social.
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Ese enfoque se materializa en su infraestructura educativa: laboratorios especializados en anatomía, fisiología y microbiología; espacios de simulación clínica para entrenamiento en procedimientos; y áreas de observación supervisada que permiten adquirir experiencia en situaciones reales.
El valor formativo de la UCP se apoya también en un método pedagógico que prioriza el aprendizaje por competencias. Los estudiantes no solo memorizan contenidos, sino que adquieren capacidad de análisis clínico, razonamiento diagnóstico, trabajo en equipo y toma de decisiones bajo presión.
A esto se suma un aspecto cultural relevante, donde la enseñanza en español obliga a los estudiantes extranjeros a desarrollar habilidades de comunicación efectiva en el idioma local, lo cual potencia la interacción médico-paciente en el sistema sanitario paraguayo durante sus prácticas. En conjunto, la UCP impulsa un modelo donde la excelencia académica se combina con el desarrollo humano del estudiante y su integración real con la sociedad.
Calidad verificable: acreditación, Revalida y resultados
Además de otras carreras, la trayectoria de la UCP en Medicina no se sostiene solo en percepción, sino en hitos formales. La universidad fue creada en 2006 mediante la Ley N° 3153 y, tras años de desarrollo institucional, la carrera de Medicina obtuvo la acreditación de la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Aneaes) mediante la Resolución N° 484/2023, luego de un proceso de autoevaluación, planes de mejora y verificación externa de estándares.
Este sello se convierte en un filtro objetivo en un escenario donde la oferta de carreras médicas se multiplicó con velocidades muy distintas a la capacidad de control de calidad del sistema.
El desempeño de los egresados en el examen Revalida de Brasil refuerza esa fotografía. Para el vicerrector de la Universidad Central del Paraguay, magíster ingeniero Luis López Lafuente, este indicador es clave y, en entrevista con ABC Negocios, lo resume así: “Hay un examen que es súper difícil en Brasil, es un examen que solamente el 16% pasa; Paraguay está teniendo una tasa de aprobación por arriba del 40%, inclusive cerca del 50%. La UCP también está con una tasa de aprobación por arriba del 50%”.
Las cifras no solo hablan de la capacidad de los estudiantes para superar una de las pruebas más exigentes de la región, también ponen a la educación médica paraguaya en el mapa de la competitividad internacional y consolidan a la UCP como uno de los actores que respaldan ese posicionamiento con resultados medibles.

Hospital universitario: inversión y servicio
Uno de los avances estructurales más relevantes de la universidad es la creación de su futuro Hospital Universitario, actualmente habilitado como policlínica, concebido tanto como espacio de formación clínica como servicio de salud para la comunidad. El centro médico permite que los estudiantes de Medicina adquieran experiencia práctica supervisada desde etapas tempranas y, al mismo tiempo, ofrece atención gratuita para pacientes por especialidad, convirtiéndose en un aporte directo al sistema sanitario local.
Sobre el punto, López Lafuente explicó que la infraestructura hospitalaria fue posible gracias al volumen de estudiantes extranjeros que dinamiza financieramente a la institución y permite reinvertir en equipamiento y servicios. “Si nosotros no hubiéramos tenido la cantidad de alumnos internacionales que tenemos, no íbamos a tener los recursos para poder invertir y tener un hospital universitario”, afirmó.
Así, la policlínica se ha convertido en parte del ecosistema de salud en zona fronteriza y permite que los alumnos entren en contacto con casos reales, diversidad de patologías y situaciones clínicas bajo supervisión profesional.
La existencia del Hospital Universitario también genera una ventaja competitiva para la UCP frente a otros modelos académicos que dependen exclusivamente de convenios con instituciones externas. Aquí, la experiencia clínica está integrada al proceso formativo y se articula con prácticas en diferentes establecimientos del país.
Diversidad académica y cultura organizacional
Aunque Medicina es la carrera más visible por su escala e impacto, la UCP opera como una universidad integral con una oferta académica que incluye también áreas como Administración de Empresas, Ingeniería Comercial, Ciencias Contables, Psicología, Enfermería, Odontología, Derecho, Kinesiología y Fisioterapia, Tecnología, Educación y programas de posgrado. Esta diversidad de formación permite que la institución no se limite a un perfil único de profesional, sino que contribuya a múltiples sectores productivos y administrativos, reforzando su rol como actor académico transversal.
La estructura interna de la UCP acompaña esta amplitud académica con una cultura organizacional definida por valores como compromiso, flexibilidad, innovación y sostenibilidad. Estos ejes articulan tanto la experiencia estudiantil como el clima laboral, y se reflejan en reconocimientos obtenidos por la institución. Entre ellos se destacan sus certificaciones en Great Place to Work y su inclusión en rankings especiales que valoran cultura innovadora, participación femenina y talento joven.
A esto se suman certificaciones relacionadas con inclusión laboral y accesibilidad, como el sello “Empresa IN”, así como procesos internos destinados a garantizar un entorno académico y de trabajo abierto a personas con discapacidad.

Dimensión internacional, alianzas y cifras
Asimismo, la universidad sostiene una estrategia de integración académica internacional que permite intercambios, clases espejo y cooperación investigativa con instituciones como la Universidade Estadual de Mato Grosso do Sul, la Universidade do Vale do Itajaí, UNIBE de Costa Rica, la Universidad Nacional de Concepción, la Corporación Universitaria Empresarial Alexander Von Humboldt de Colombia, el Instituto Federal de Educación, Ciencia y Tecnología de Mato Grosso do Sul y la Universidad de Buenos Aires. Además, es la única universidad privada paraguaya miembro activo de la Organización Universitaria Interamericana (OUI), lo que amplía el acceso a redes continentales de colaboración y movilidad académica.
En el ámbito sanitario, la inserción real de los estudiantes en el sistema público es un componente operativo directo. Al respecto, López Lafuente enfatizó: “Nosotros tenemos un convenio con la DNERHS del Ministerio de Salud, el cual incluye más de 45 hospitales regionales donde están nuestros alumnos distribuidos en todo el país. Además, contamos un convenio con el Instituto de Previsión Social (IPS) y la Fundación Tesãi”.
En cifras institucionales, la universidad cuenta actualmente con cerca de 15.000 estudiantes y unos 2.000 egresados, de los cuales 1.363 corresponden a Medicina, 545 a otras carreras y alrededor de 100 a programas de posgrado. La tasa de aprobación del Revalida se sitúa en torno al 60%, lo que refuerza la competitividad de los profesionales paraguayos en el entorno regulatorio brasileño. Este marco se completa con servicios adicionales de apoyo a la vida universitaria, como atención psicológica, transporte entre sedes, contenidos digitales, consultas médicas en la policlínica, actividades deportivas y asistencia para estudiantes con hijos, consolidando un sistema educativo integral.
Central Next y el salto al mercado digital
Por otra parte, cabe entender que el crecimiento de la universidad no se limita a sus campus físicos. La institución entendió que el mundo académico ya no depende únicamente de aulas presenciales y, en 2022, desarrolló una plataforma propia de educación digital: Central Next.
Este sistema permite cursar carreras de grado en áreas empresariales, comerciales, de humanidades, entre otras, y posgrado bajo una lógica flexible y asincrónica, con clases en formato breve y segmentado que facilitan el aprendizaje modular. El enfoque se dirige especialmente a personas que trabajan, profesionales en actividad, estudiantes que viven lejos de los centros urbanos, e incluso atletas y personas con agendas atípicas.
Para López Lafuente, el objetivo principal de esta expansión digital ha sido ampliar el acceso a la educación superior, democratizando la posibilidad de estudio para quienes no pueden adaptarse a los formatos tradicionales. Sostuvo que la UCP busca “brindar oportunidades reales de formación a personas que, por motivos laborales, familiares o geográficos, no tienen la posibilidad de asistir a clases presenciales”.
Esta visión se integra con una plataforma que combina tutorías, seguimiento académico y evaluación continua, evitando que el formato virtual desemboque en anonimato o despersonalización. Con Central Next, la UCP incorpora una nueva dimensión a su estrategia institucional, abriendo un frente que permite escalar académicamente sin restricciones territoriales.
