Según el Centro Adam Smith y la OCDE, la disminución de la confianza compromete la credibilidad y la capacidad de los gobiernos para implementar reformas y cumplir compromisos que sostengan el desarrollo, el crecimiento y la prosperidad de sus poblaciones.
El panorama de riesgo en América Latina y el Caribe (ALC) está en un nivel de “Alerta” general, según el último Índice y Análisis de Riesgo País de América Latina del Centro Adam Smith de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).
Este informe subraya desafíos que tienen implicaciones para las empresas y los negocios en la región y revela una encrucijada donde los problemas internos y las reconfiguraciones globales (dependencia de los países a Estados Unidos y China), dibujan un escenario complejo, otorgando mayor peso a los conflictos internos.
Desplome de la confianza acecha a la economía
El aspecto más crítico del informe para la estabilidad del clima de negocios es la pérdida de la confianza en la región. El Medidor de Confianza (Trust-O-Meter), una nueva herramienta analítica desarrollada por el Centro Adam Smith, reveló que los niveles promedio anuales de riesgo de confianza alcanzaron 4,08 de 5 puntos en toda la región.
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Esta puntuación es el nivel más alto en la escala de riesgo político, ubicando a América Latina y el Caribe (ALC) en el rango de “Alerta” a nivel global. La principal preocupación que devela el informe no es la situación económica de los países, sino la profunda crisis de confianza, la debilidad institucional y el alto riesgo sociopolítico.
La disminución de la confianza compromete la credibilidad de los gobiernos para llevar adelante reformas que puedan mejorar y sostener la estabilidad económica y el bienestar de la población en un contexto global cambiante y volátil.
Los bajos niveles de aceptación son un caldo de cultivo para la inestabilidad política y el malestar social, incrementando los niveles de riesgo y amenazando la estabilidad económica.
El crimen organizado y debilidad institucional impulsan la seguridad
Los desafíos clave que enfrenta América Latina, según el informe, tienen una fuerte naturaleza sociopolítica:
– Crimen organizado: se consolidó como el riesgo más significativo para la región en 2025, con una puntuación promedio de 4,41. Su expansión y creciente influencia debilitan la confianza pública en las instituciones democráticas y golpean la imagen de la autoridad. La elevada delincuencia profundiza el sentido de inseguridad entre los ciudadanos.
– Crisis de confianza en la clase política: la pérdida de confianza, junto con la debilidad institucional, la polarización, inflación y la desigualdad económica, son los principales desafíos.
– Corrupción: la alerta se ve agravada por la corrupción, la cooptación judicial y las redes de clientelismo.
Países considerados estables, como Chile y Ecuador, actualmente enfrentan problemas de violencia al nivel de Brasil, Colombia, México y Perú. El crecimiento del tráfico de drogas a través de corredor del Pacífico disparó los niveles de riesgo (Chile 4,80 y Ecuador 4,77), similares a México (4,90), Brasil (4,80) y Colombia (4,80).
Panorama regional
El promedio regional de riesgo de los doce países que participan del estudio (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Paraguay y Perú) es de 3,35, en la medición de entre junio y noviembre de 2025.
– Riesgo país anual más alto: Bolivia (3,71), seguido de México (3,60).
– Riesgo país anual más bajo: República Dominicana (3,00) y Argentina (3,03).
– Aumento agudo: Colombia cerró con el aumento más agudo en el nivel de riesgo, pasó de 3,29 en junio a 3,51 en noviembre.
Paraguay: buen desempeño económico, pero grave crisis de confianza
Paraguay registra una puntuación de riesgo país promedio anual de 3,22, una cifra que lo sitúa ligeramente por debajo de la media regional de 3,35. En relación con el riesgo económico, mantiene el segundo índice más bajo con 2,76, superado solo por Argentina con 2,74. Sin embargo, en relación con la confianza de la población es el segundo país de mayor riesgo (4,35).
El informe de la FIU alerta que la principal amenaza para el clima de negocios no es la economía, que para este año proyecta un crecimiento sobre el 5% y un repunte de las inversiones, sino la profunda crisis de confianza y el alto riesgo sociopolítico.
El Medidor de Confianza regional alcanzó 4,08, el nivel más alto en riesgo político, clasificando a la región en “Alerta”, lo que se convierte en un factor de riesgo económico indirecto para el Gobierno y las empresas.
Paraguay, en cambio, registra un mayor nivel de desconfianza con 4,35, Brasil, 4,33 y Bolivia 4,31. México mostró la tendencia al alza más pronunciada, pasando de 4,10 en junio a 4,47 en noviembre a causa de la preocupación sobre la independencia judicial, situándolo por encima de todos los demás países.
Los expertos atribuyeron esta erosión de la confianza al creciente abuso de poder del ejecutivo, la cooptación más fuerte de las instituciones gubernamentales y la falta de independencia judicial.
Para los inversores, las alertas se pueden encender en los riesgos sociales y políticos dominantes, socavando el potencial económico y tributario del Paraguay: el crimen organizado (4,41), la pérdida de confianza en la clase política (4,35), la debilidad institucional, la corrupción y cooptación judicial que perjudican los niveles de competencia empresarial.
La caída de la confianza compromete la credibilidad y capacidad del Gobierno paraguayo, limitando su capacidad para implementar reformas proempresariales en diferentes áreas que permitan mantener la estabilidad y el crecimiento a largo plazo. La inestabilidad sociopolítica crea un entorno impredecible, elevando los riesgos generales.

Según la OCDE la confianza en los gobiernos es del 35%
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) difundió el informe sobre de confianza en las instituciones públicas en América Latina y el Caribe. Diez países confirman que la región sigue rezagada respecto de las economías desarrolladas.
De acuerdo con la OCDE, únicamente el 35% de los latinoamericanos confían en el Gobierno nacional, mientras que el promedio para los países miembros de la OCDE es del 39%. México marca una diferencia y registra un nivel de confianza alto, el 54% de los mexicanos confía en su Gobierno, mientras que Perú apenas alcanza el 20%. Entre ambos extremos se ubican Ecuador, República Dominicana, Costa Rica, Brasil y Chile, con valores intermedios o moderados.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) difundió su Encuesta sobre los factores de confianza en las instituciones públicas en América Latina y el Caribe. El informe abarca diez países y revela un patrón persistente: la región continúa rezagada respecto de las economías desarrolladas y exhibe variaciones significativas entre países y tipos de instituciones.
Los medios de comunicación que están por encima del Gobierno nacional en términos de confianza se ubican en cuarta posición, el 42% de los ciudadanos confía en la información que difunden los medios, que funcionan como un puente entre la ciudadanía y el Estado.
Baja satisfacción de los servicios públicos
La satisfacción en los sistema de educación, salud, servicios administrativos, servicios digitales, capacidad de proteger vidas en circunstancias complejas en otras necesidades de las poblaciones son la queja constante en todos los países.
Mientras que México y Ecuador registran una mayor cantidad de población que considera que el sistema político aún permite a las personas influenciar en la gestión del Gobierno. Al contrario de Perú y Paraguay, países cuya población considera que tiene muy pocas probabilidades de incidencia en la gestión pública.







