La regla de los seis segundos, la pausa que transforma la reacción en decisión estratégica

Comunica
Escucha activa, pensamiento crítico y comunicación efectiva

En la era de la hiperconexión, las organizaciones y sus líderes atraviesan por dos grandes crisis que impactan en la innovación y la productividad: la de la creatividad y la de la atención.

En medio de la abundancia de mensajes, canales y datos (infoxicación), surge una paradoja: comunicarse efectivamente se ha vuelto más crucial y más complejo que nunca.

En este contexto corporativo, la comunicación consciente no es un lujo, sino una ventaja competitiva.

Seis segundos para el córtex estratégico

En la búsqueda de la comunicación efectiva y la toma de decisiones informadas, es vital aplicar una pausa deliberada: la regla de los seis segundos.

Este breve espacio no es arbitrario. Es el tiempo necesario para que la información que recibimos esquive los impulsos primarios y llegue al córtex, la parte racional de nuestro cerebro. Al permitir que la información se procese a nivel racional, dejamos de ser esclavos de nuestra memoria y amígdalas, a menudo cargadas de sesgos, ruidos y paradigmas que distorsionan la realidad.

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El gran desafío es evitar encender el piloto automático, ese espacio dominado por la reacción instantánea en lugar de la reflexión y el pensamiento.

Esperar los seis segundos es el primer y más poderoso acto para pasar de la reacción y el piloto automático al pensamiento crítico, garantizando que el mensaje sea comprendido y no distorsionado por el ruido interno, evitando la toma de decisiones reactivas.

Parafraseando la duda metódica de Descartes, “Pienso, luego comunico” es hoy más relevante que nunca para el liderazgo estratégico.

De la reacción al pensamiento crítico

Desarrollar el pensamiento crítico permite tener una comunicación más efectiva en la que prima el análisis racional.

Para desarrollar esta habilidad en las organizaciones es fundamental empezar por la escucha activa y la lectura reflexiva (verbal, no verbal y paraverbal), que implica dejar de aceptar información sin antes cuestionar la fuente, el propósito y la evidencia que la respalda.

Al comunicarnos en el entorno empresarial debemos tener el mensaje claro, preciso, auténtico y argumentado con datos sólidos. Practicar la empatía permite considerar diversas perspectivas, sin embargo, es necesario analizar la validez de cada una, transformando la comunicación de una mera transmisión de información a un intercambio constructivo y argumentado.

Lo que no se comunica, no existe, y lo que no se explica, se interpreta

El riesgo de la inacción es claro. Nuestras interacciones, incluso los silencios, están cargados de ruido, sesgos y paradigmas que distorsionan el mensaje y la hiperconexión solo amplifica estos obstáculos.

La sobrecarga informativa (infoxicación) a menudo es mal entendida como buena comunicación y fomenta un procesamiento superficial de la información. El flujo constante de mensajes, correos y notificaciones demanda una respuesta, creando un ambiente de hipercomunicación en el que interactuamos sin comprender el mensaje, sin aplicar la regla de los seis segundos.

Liderazgo consciente y estratégico

La comunicación efectiva implica la voluntad de escuchar activamente al otro, fundamental para construir relaciones efectivas y duraderas con stakeolders y colaboradores.

En un entorno de sobrecarga informativa, el líder debe ser el principal agente de claridad, simplificando mensajes, siendo directo y buscando minimizar sesgos y paradigmas que puedan distorsionar el mensaje original.

Las organizaciones que logren dominar el arte de comunicar efectiva y estratégicamente, cultivando la claridad, la autenticidad, la oportunidad, la escucha activa y la coherencia, entre lo que dicen, piensan y sienten, no solo sobrevivirán sino que serán las que transformen esta era en una ventaja competitiva.