Para Gloria Ayala Person, directora de Cadiem Casa de Bolsa, no más del 10% de la población paraguaya logra destinar parte de sus ingresos al ahorro, lo que exige un gran esfuerzo por parte de la población.
“Muchos viven al día, y el ahorro se convierte en una meta postergada, para ‘cuando gane más’, y en muchos casos, lo poco que se logra ahorrar termina siendo utilizado ante cualquier imprevisto”, señaló.

De acuerdo a Ayala Person, el paraguayo ahorra principalmente en efectivo o mediante cuentas de ahorro tradicionales en bancos y cooperativas. A pesar de que la apertura de cuentas y el volumen de operaciones han aumentado durante la última década, todavía existe desconfianza hacia el sistema financiero, especialmente en ciertos sectores de la población.
Por otra parte, según datos del Global Findex del Banco Mundial, el acceso a una cuenta bancaria a nivel global pasó del 55% en el 2011 al 79% en el 2024, un crecimiento exponencial gracias a la tecnología y digitalización. En Paraguay, el 61% de la población posee una cuenta, el 55% hizo o recibió pagos digitales y un 22% accedió a préstamos.
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En zonas urbanas y con mejor acceso a servicios financieros, las personas ahorran más y de manera más eficiente. En contraste, en sectores rurales o vulnerables, la prioridad es cubrir el consumo básico.

Cuando lo ahorrado se convierte en sustento
El nivel de ahorro de los paraguayos ha sido muy inestable en los últimos cinco años. La pandemia redujo drásticamente la capacidad de ahorrar, y aunque se intentó recuperar, el aumento del costo de vida ha limitado los márgenes.
“El impacto de la inflación y el costo de vida sobre las familias fue directo y fuerte. Al subir los precios, muchas deben destinar lo que antes ahorraban para cubrir necesidades básicas. A esto se suma la masificación de las tarjetas de crédito, que ha generado un aumento del endeudamiento para consumo”, comentó la especialista.
De acuerdo a la especialista, existen 4 factores que dificultan el ahorro: informalidad laboral, ingresos variables, endeudamiento temprano y falta de educación financiera. Además, sostiene que el uso inadecuado de tarjetas de crédito genera costos financieros adicionales y fomenta el consumo por impulso. “Muchas personas compran más allá de sus necesidades, atraídas por descuentos o reintegros, pero esto termina afectando el presupuesto familiar”
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Educación, la asignatura pendiente
Para Ayala Person, quien comprende el valor del ahorro, lo prioriza. Sin embargo, la educación financiera sigue siendo un desafío en Paraguay, sobre todo desde edades tempranas.
Resaltó que el guaraní es la moneda preferida para el ahorro por varias razones:
Refleja la inflación local, no la de Estados Unidos.
Es la moneda de uso cotidiano.
Las cuentas bancarias históricamente pagan más intereses en guaraníes.
Se utiliza para cubrir imprevistos.
Sin embargo, sectores con mayor capacidad de ahorro destinan parte de sus fondos al dólar, especialmente para metas específicas como importaciones, compra de vehículos, maquinarias, viajes o estudios en el exterior. Además, la inversión en dólares permite diversificar riesgos monetarios.
Así también agregó que el paraguayo sigue prefiriendo invertir en inmuebles y pequeños emprendimientos familiares. Aunque las criptomonedas despiertan interés en los jóvenes, su participación aún es marginal. En cambio, los fondos mutuos y fondos de inversión muestran un crecimiento sostenido y ganan espacio en la cartera de inversión de los paraguayos.
Respecto a la educación financiera, sostuvo que el principal desafío es llegar a todos los sectores, en especial a los jóvenes y a los más vulnerables. La educación financiera debe ser práctica, cercana y adaptada a cada etapa de la vida, para fomentar la cultura del ahorro y la inversión responsable.
“Hace 25 años, 1 de cada 2 paraguayos era pobre”
De acuerdo al economista Jorge Garicoche, Paraguay atraviesa un momento clave en la construcción de una cultura del ahorro. “Hace apenas veinticinco años, uno de cada dos paraguayos era pobre. Hoy el concepto de ahorro empieza recién a instalarse en nuestra sociedad”. Destaca que el país vive una etapa “potencialmente disruptiva” en su evolución económica.
El legado de los 90 y el miedo financiero
Garicoche recordó que la crisis financiera de los años 90 dejó una huella profunda: “Muchas familias se alejaron del sistema financiero por miedo”. Esa desconfianza, sumada a la limitada capacidad de generar ingresos, explica en parte la dificultad para ahorrar.
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Señaló que últimamente el número de paraguayos con tarjetas de crédito o cuentas bancarias creció de manera significativa, pero advirtió que “tener acceso no significa inclusión financiera”. Explicó que esta requiere tres etapas: acceso, uso y educación. “En esta última todavía tenemos grandes desafíos”, subrayó.
Debilidad de ahorro en lo macro
Por otra parte, a nivel macro, Garicoche alertó que el país sigue dependiendo del endeudamiento externo para financiar inversiones públicas y privadas, lo que refleja la debilidad del ahorro interno. “Necesitamos fortalecer nuestro propio ahorro nacional”, expresó.
Asimismo, remarcó que una inflación predecible y un crecimiento inclusivo son claves para fomentar la confianza.
Banco Mundial: alto nivel de ahorro no formal
El ahorro no formal que mide el informe Global Findex del Banco Mundial son las formas en que los adultos ahorran dinero fuera del sistema financiero formal, sin utilizar cuentas bancarias u otras instituciones financieras reguladas.
El ahorro no formal representa un desafío significativo para América Latina, con una prevalencia notable en varios países, según datos del Global Findex 2024.
A la cabeza se sitúa República Dominicana, con un alarmante 20% de sus adultos mayores de 16 años recurriendo a este tipo de ahorro, seguido de cerca por Venezuela (19%), Bolivia (15%). En el extremo opuesto se encuentra Chile, donde el ahorro no formal ni siquiera llega al 1% y Paraguay se ubica en el 5%.
Tipos de ahorro no formal:
Clubes de ahorro: incluye cajas de ahorro comunitarios, o cualquier otro acuerdo grupal no regulado donde los miembros contribuyen periódicamente con dinero y reciben el monto total de manera rotativa.
Fuera de la familia: guardar dinero con alguien de confianza que no sea un familiar cercano.
Métodos informales: prácticas como ahorrar dinero en casa, por ejemplo, en efectivo bajo el colchón o en una alcancía.
Iniciativas privadas
“Ahorro Duplicado” de Banco Atlas
Banco Atlas refuerza su apuesta por la educación financiera con la nueva edición de “Ahorro Duplicado”; una campaña diseñada para fomentar el ahorro consciente entre sus clientes. Desde el 23 de octubre hasta el 15 de diciembre de 2025, todas las personas que abran una Cuenta de Ahorro Programado a 6 o 12 meses podrán participar.
La iniciativa premiará a seis clientes duplicando el total ahorrado, transformando el hábito de guardar dinero en una oportunidad tangible de crecimiento financiero. Con esta estrategia, el banco busca consolidar la planificación a largo plazo y acercar a la población a una cultura de ahorro más sólida.
El ahorro cooperativo
En relación con el ahorro en cooperativas, la Cooperativa Medalla Milagrosa posiciona en sus socios activos el hábito de guardar y planificar recursos como una herramienta de estabilidad económica y proyección financiera. De acuerdo con Ariel Cañiza, gerente general, el nivel promedio de ahorro a la vista es de G. 2.615.920 y según la Memoria y Balance 2024, la Cooperativa alcanzó 154.430 ahorristas.
Los programas como los Círculos de Ahorro y el Ahorro Infanto-Juvenil promueven la práctica desde edades tempranas, combinando la educación financiera con estímulos, generando una participación activa de niños, jóvenes y familias enteras.
Actualmente, el 46% de la concentración de ahorros se encuentra en cuentas a la vista, una modalidad elegida por su liquidez inmediata para atender necesidades como vivienda, educación, consumo o emergencias.
En contraste, los depósitos a plazo fijo concentran un público más planificador: el 25% de los socios opta por plazos de hasta 12 meses, el 9% por 24 meses y el 19% por períodos de 36 a 48 meses.
El ahorro formal, a través de cuentas y depósitos, predomina dentro del sistema cooperativo y representa un motor de inclusión financiera. La entidad impulsa la formalización de Mipymes mediante alianzas con el Viceministerio del ramo, como los programas Reinventa y Mujeres Líderes de Negocios.
“Las cooperativas cumplen un rol esencial al ofrecer productos accesibles tanto a trabajadores formales como informales, garantizando igualdad de oportunidades”, explicó.
