Paraguay sigue rezagado en patentes pese a la modernización institucional

En 2024 se registraron 381 solicitudes y en lo que va de 2025 apenas 179, con solo cinco de origen nacional. Pese a los avances tecnológicos en la Dinapi, la participación local en la creación patentable sigue siendo marginal, lo que abre el panorama al mejoramiento de condiciones para impulsar la innovación, la investigación aplicada y el vínculo entre la Academia, las empresas y el Estado.

Si la tendencia se mantiene, el país cerrará el año con un nivel similar al de 2022, pero con una menor participación nacional.
Si la tendencia se mantiene, el país cerrará el año con un nivel similar al de 2022, pero con una menor participación nacional.

El bajo registro de patentes en Paraguay refleja una deuda persistente con la innovación. Según la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual (Dinapi), entre enero y septiembre de 2025 se presentaron apenas 179 solicitudes de patentes, de las cuales solo cinco fueron de origen nacional, y se concedieron 35, todas a solicitantes extranjeros. El dato confirma que, pese a las mejoras institucionales, la creación tecnológica local sigue sin traducirse en propiedad industrial.

La tendencia de los últimos años muestra un movimiento casi plano: 385 solicitudes en 2022, 353 en 2023 y 381 en 2024, con una participación nacional inferior al 5% en cada caso. Mientras tanto, el registro de marcas comerciales superó las 14.900 concesiones en 2025, una disparidad que evidencia la orientación del país hacia la protección comercial más que hacia la invención.

En el tablero regional, Paraguay continúa rezagado en volumen patentario y en generación de conocimiento propio, un desafío que ni la modernización tecnológica de la Dinapi ha logrado revertir todavía.

Evolución del proceso patentario en Paraguay en los últimos años.
Evolución del proceso patentario en Paraguay en los últimos años.

Modernización institucional

Actualmente, la Dinapi atraviesa un proceso de transformación que busca reducir la brecha entre estructura estatal y demanda tecnológica. El año pasado, durante la Audiencia Pública de gestión, la directora nacional Claudia Lorena Franco Quevedo subrayó que el Plan Estratégico Institucional 2024-2028 se centra en “fortalecer la observancia y defensa de los derechos de Propiedad Intelectual, mejorando la calidad, cantidad y agilidad de los servicios ofrecidos”.

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El plan incorpora la transformación digital de los procesos internos y la consolidación de la imagen de la Dinapi como “referente regional en la protección de la Propiedad Intelectual”. Entre sus metas, figura agilizar la gestión de patentes mediante el procedimiento acelerado (PPH II), un programa que permite reutilizar exámenes realizados por oficinas extranjeras para acortar los tiempos de resolución, históricamente cercanos a cuatro años por trámite.

Estas medidas apuntan a un sistema más eficiente y transparente, capaz de incentivar la innovación local. Sin embargo, los datos muestran que la digitalización y la eficiencia administrativa todavía no logran traducirse en un aumento de patentes nacionales.

Déficit de participación nacional

Pese a los avances citados, la participación nacional en el sistema de patentes sigue siendo mínima. En 2024, de las 381 solicitudes registradas, solo 13 correspondieron a inventores o empresas paraguayas, y en lo que va de 2025 esa cifra cayó a cinco. Ninguna de ellas obtuvo aún una concesión, lo que deja al país con cero patentes nacionales aprobadas en el año.

La propia directora de la Dinapi reconoció el año pasado que “el desafío continúa siendo aumentar la participación nacional en el registro de patentes y promover la innovación desde la academia y el sector privado”.

Este déficit refleja problemas estructurales: una inversión en I+D inferior al 0,1% del PIB, baja articulación entre universidades y empresas, y escaso conocimiento de los procedimientos de propiedad industrial. En comparación, los países del Mercosur superan ampliamente el promedio paraguayo, con tasas de solicitud hasta diez veces mayores por millón de habitantes.

Estímulo e interés

El bajo nivel de patentes nacionales no pasa inadvertido en los ámbitos académico y empresarial. Diversos especialistas en innovación coinciden en que la falta de cultura tecnológica es uno de los factores que más frenan la generación de propiedad intelectual en el país. Talleres impulsados por la Dinapi y entidades privadas, como el desarrollado en 2024 por Transferteq y Ciencias del Sur, buscan justamente despertar el interés de investigadores y emprendedores en registrar sus desarrollos antes de exponerlos al mercado.

Desde el plano institucional, la propia Dinapi sostiene que su objetivo es “promover los derechos de Propiedad Intelectual como pilares de la creatividad e innovación”, una premisa incluida en su plan estratégico y repetida en distintos foros públicos. Sin embargo, el desafío trasciende el ámbito administrativo.

Para que las reformas en digitalización y agilidad de trámites se traduzcan en resultados, los expertos coinciden en la necesidad de articular una estrategia que integre en mayor medida a universidades, empresas y centros de investigación en torno a un mismo propósito, que es el de generar conocimiento con valor económico real.

Perspectiva y desafíos

No obstante, los datos parciales de 2025 confirman una realidad ya difícil de revertir a corto plazo. Si la tendencia se mantiene, el país cerrará el año con un nivel similar al de 2022, pero con una menor participación nacional. Aun así, la Dinapi plantea un horizonte más ambicioso: transformar el actual proceso de modernización en un impulso sostenido de innovación y desarrollo.

El Plan Estratégico Institucional 2024–2028 establece como meta “consolidar la imagen y posicionamiento de la Dinapi en el sistema nacional e internacional de la Propiedad Intelectual”. Esa visión, respaldada por la digitalización de los procesos y la cooperación con organismos multilaterales, sienta las bases de un sistema más ágil, pero su éxito dependerá de la capacidad del sector privado y académico de generar contenidos tecnológicos patentables.

A medida que la economía paraguaya busca diversificar sus fuentes de valor agregado, el registro de patentes deja de ser un asunto burocrático para convertirse en un indicador estratégico de competitividad. Convertir la modernización institucional en innovación tangible será, para Paraguay, el verdadero desafío de los próximos años.