El crédito para vivienda crece, pero no alcanza para cubrir la demanda

En nuestro país, los márgenes del crédito habitacional muestran un repunte sostenido impulsado por la banca pública y privada. Sin embargo, la cobertura aún es insuficiente frente a una demanda estimada en más de 700.000 viviendas. La clase media formal concentra la mayoría de las operaciones, mientras los sectores informales siguen fuera del sistema financiero.

Aunque el financiamiento hipotecario crece a tasas de dos dígitos, la demanda insatisfecha sigue siendo enorme.
Aunque el financiamiento hipotecario crece a tasas de dos dígitos, la demanda insatisfecha sigue siendo enorme.

El crédito para vivienda va escalando en Paraguay, marcado por la participación activa del sistema financiero y la consolidación de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) como eje del fondeo hipotecario. Según datos del Banco Central del Paraguay (BCP), la cartera destinada a la vivienda cerró el 2023 con un crecimiento interanual cercano al 20%, alcanzando G. 6,77 billones —equivalente a unos US$ 928 millones—. Este avance refleja la recuperación del crédito a largo plazo, impulsado por la estabilidad macroeconómica y la creciente demanda de financiamiento habitacional.

En paralelo, la AFD registró niveles récord de desembolsos. Solo en el primer cuatrimestre del 2025 aprobó US$ 144 millones en créditos, de los cuales más de un tercio correspondió al segmento vivienda. Programas como Primera Vivienda, Mi Casa y Che Róga Porã se convirtieron en motores del acceso a la casa propia, canalizando recursos a través de bancos, financieras y cooperativas. La combinación de tasas más competitivas y plazos extensos fortaleció el mercado hipotecario y amplió la base de familias formalmente bancarizadas.

Radiografía del crédito para vivienda en Paraguay.
Radiografía del crédito para vivienda en Paraguay.

El motor crediticio y el impulso de la banca privada

En términos generales, se destaca bastante la participación de la AFD ya que sostiene más de la mitad del financiamiento habitacional que se otorga en Paraguay, con alrededor del 53% de los préstamos para vivienda canalizados a través de sus líneas de segundo piso. Su papel es clave: provee fondeo a largo plazo en guaraníes y a tasas que rondan el 9% anual, lo que permite extender plazos de hasta 30 años y mantener cuotas accesibles para los sectores medios. Gracias a su estructura, miles de familias lograron acceder por primera vez a un crédito hipotecario formal.

Al mismo tiempo, la banca privada amplía su protagonismo, financiando el 47% restante con recursos propios. Aunque las tasas suelen ser más elevadas, la competencia entre entidades llevó a una mayor diversificación de productos y a condiciones más flexibles. Este equilibrio entre banca pública y privada sostiene el crecimiento del mercado hipotecario, ofreciendo alternativas tanto para vivienda nueva como usada, refacción o construcción.

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Demanda más activa y un mercado diversificado

En conversación con Diego Aguayo, CEO de Metro Market Research, explicó que el crédito para vivienda en Paraguay atraviesa un momento de mayor dinamismo tanto por la ampliación de la oferta bancaria como por un cambio en el comportamiento de los compradores. “Respecto al año pasado, este año hay más interés en hacer una compra por esa vía; antes, lo común era vender una propiedad para financiar la siguiente o recurrir a la entrega directa al desarrollador”, señaló.

El ejecutivo destacó que la demanda se concentra en la clase media formal y media alta, que accede a unidades valuadas entre US$ 40.000 y 80.000 en promedio, con cuotas estimadas de entre US$ 400 y 800 mensuales y plazos que comúnmente giran alrededor de los 15 años. Según acotó, los desarrolladores también cumplen un rol clave, ya que “muchos siguen financiando directamente a los compradores, actuando como constructores y financiadores a la vez”. Esta práctica permite sostener la accesibilidad en un contexto donde, pese al avance del crédito, todavía existen barreras para gran parte de la población.

Brecha habitacional y barreras que aún persisten

Aunque el financiamiento hipotecario crece a tasas de dos dígitos, la demanda insatisfecha sigue siendo enorme. Según datos oficiales, se estima que Paraguay enfrenta un déficit habitacional de entre 700.000 y más de 1 millón de viviendas, sumando tanto las necesidades de nuevas unidades como la mejora de viviendas precarias. El ritmo de construcción y crédito actual —unas pocas miles de operaciones al año— resulta insuficiente para cerrar esa brecha en el corto plazo.

A esta limitación se suma la burocracia que acompaña el proceso de aprobación de préstamos, especialmente aquellos con fondeo público, y la alta informalidad laboral, que deja fuera del sistema a amplios sectores. “Siempre escuchamos que solo un pequeño porcentaje de las carpetas que ingresan son aceptadas”, apuntó Aguayo, quien también subrayó que los trámites y requisitos suelen desalentar a los interesados. En este contexto, el desafío no solo pasa por mantener la expansión del crédito, sino por democratizar su acceso mediante productos más inclusivos y políticas coordinadas entre banca, Estado y desarrolladores.

Expansión territorial y nuevas tendencias

El auge del crédito habitacional y el desarrollo inmobiliario también se refleja en el corrimiento de la demanda hacia Gran Asunción. Según Aguayo, “muchos compradores desde hace un tiempo ya miran con buenos ojos localidades como Fernando de la Mora, Luque, Mariano Roque Alonso o Limpio”, favorecidos por una mejor conectividad vial y una oferta más amplia de proyectos. En estas zonas, el interés se divide entre edificios en altura y barrios cerrados, lo que está transformando la dinámica urbana de la capital.

La tendencia no se limita al área metropolitana. Ciudades como Encarnación y Ciudad del Este muestran también un crecimiento sostenido en viviendas y desarrollos corporativos, replicando el patrón de diversificación que se observa en Asunción. Con ello, el mercado inmobiliario paraguayo consolida un proceso de expansión que combina nuevas tipologías, mayor profesionalización y un acceso financiero más amplio, aunque todavía lejos de cubrir la magnitud de la demanda nacional.

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