Del call center al software: cómo Paraguay expande su industria del outsourcing

El outsourcing localmente crece como negocio estratégico, integrando call centers, servicios de alto valor y exportación de software. Con talento joven, costos competitivos y nuevas políticas de incentivo, el país se posiciona como hub regional de servicios.

Paraguay reúne una combinación de factores que lo hacen competitivo para el outsourcing: la estabilidad macroeconómica, un régimen fiscal previsible y costos operativos bajos.
Paraguay reúne una combinación de factores que lo hacen competitivo para el outsourcing: la estabilidad macroeconómica, un régimen fiscal previsible y costos operativos bajos.

El outsourcing dejó de ser una solución rápida para convertirse en un sector estratégico dentro de la economía de servicios. A nivel global, el negocio de tercerizar procesos, conocimiento o tecnología ya superó los US$ 650.000 millones en 2025, impulsado por la búsqueda de eficiencia, reducción de costos y acceso a talento especializado. Hoy las empresas externalizan no solo tareas rutinarias, sino también funciones de alto valor como desarrollo de software, analítica de datos, servicios financieros o gestión administrativa.

En Paraguay, este fenómeno se refleja cada vez con mayor fuerza. Lo que comenzó como un recurso para aliviar cargas internas evolucionó hacia una industria que integra call centers, back office, consultorías, servicios financieros y software. La tercerización ya no se limita a cubrir necesidades puntuales, más bien es una herramienta para ganar competitividad y conectar al país con cadenas de valor globales.

Un siguiente nivel en la industria

Como explica Consuelo Merino, miembro de la Comisión de Comercio Internacional de la Cámara Paraguaya de la Industria del Software (Cisoft), “el outsourcing pasó de ser solo una solución práctica para convertirse en una estrategia clave para industrias como la tecnológica. Representa eficiencia, pero sobre todo una oportunidad enorme para potenciar el talento local, conectarlo con cadenas globales y abrir espacio a la innovación”.

Este cambio de percepción marcó el inicio de una nueva etapa donde Paraguay ya no solo consume outsourcing, sino que también lo exporta, con empresas y profesionales que compiten en mercados internacionales y posicionan al país dentro de la economía digital.

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El Information Technology Outsourcing (ITO) es uno de los segmentos con mayor potencial para nuestro país. Este modelo abarca desde la subcontratación de desarrollo de software hasta soluciones complejas de infraestructura y ciberseguridad.
El Information Technology Outsourcing (ITO) es uno de los segmentos con mayor potencial para nuestro país. Este modelo abarca desde la subcontratación de desarrollo de software hasta soluciones complejas de infraestructura y ciberseguridad.

BPO: procesos y atención al cliente

El Business Process Outsourcing (BPO) es, probablemente, la cara más visible del outsourcing en Paraguay. Bajo este modelo, empresas locales y multinacionales delegan funciones administrativas, de atención al cliente y soporte en centros especializados, conocidos comúnmente como call centers. El sector emplea a más de 12.000 personas según datos de este 2025, con una facturación estimada entre US$ 115 y US$ 150 millones anuales, manteniendo un ritmo de crecimiento sostenido.

Los servicios más demandados van desde cobranzas y back office hasta atención multilingüe para bancos, telecomunicaciones y compañías de retail. La composición laboral del sector lo convierte en una fuente clave de inclusión: alrededor del 65% de la fuerza de trabajo son mujeres, y la mayoría son jóvenes de entre 18 y 35 años. Asimismo, es un espacio de primer empleo formal para miles de personas, lo que le otorga un impacto social relevante más allá de los indicadores económicos.

Empresas como Avanza Paraguay, Voicenter o GK Business, junto con la llegada de multinacionales como Atento o la alemana Ja-Dialog, reflejan la diversidad de actores que hoy operan en este rubro. Estas firmas no solo prestan servicios al mercado interno, sino que también exportan atención al cliente a países de la región, el continente y, en algunos casos, a Europa.

Para Merino, más allá del software, la práctica ya es cotidiana: “En Paraguay esto ya es una práctica común: hay empresas locales contratando a otras para cubrir sus necesidades, y también compañías extranjeras que buscan servicios afuera”. Esta dualidad –servicios hacia adentro y hacia afuera– explica la importancia estratégica del BPO como motor de la industria del outsourcing en el país.

KPO: conocimiento y servicios especializados

El Knowledge Process Outsourcing (KPO) representa la cara más sofisticada del negocio, donde Paraguay empieza a dar pasos firmes. A diferencia del BPO –centrado en procesos diarios o rutinarios–, aquí se trata de externalizar funciones de alto valor: consultoría financiera, analítica de datos, servicios legales, contables y de ingeniería. Este segmento gana terreno gracias a la digitalización y a un marco normativo que favorece la exportación de servicios.

Un hito clave fue la eliminación del IVA a las exportaciones digitales, medida que facilitó la competitividad de empresas y profesionales paraguayos. Esto abrió espacio a firmas que hoy prestan servicios de finanzas, administración y tecnología para clientes regionales y globales. Casos como el de Nestlé Business Services, que opera procesos contables y financieros para toda Latinoamérica, demuestran que el país puede ser sede de operaciones de escala internacional.

La experiencia de compañías locales también marca el rumbo. Epicus Corporate, por ejemplo, trabaja en la maquila de servicios corporativos y legales, integrando talento paraguayo a proyectos internacionales. En paralelo, profesionales independientes en áreas como consultoría tributaria o gestión de datos han comenzado a internacionalizar su cartera de clientes.

Según Merino, el outsourcing “es una oportunidad enorme para potenciar el talento local, conectarlo con cadenas globales y abrir espacio a la innovación”. Esa integración con el mundo es justamente la que define al KPO: una vía para que Paraguay exporte conocimiento, no solo mano de obra, y se posicione como proveedor estratégico en la economía digital.

ITO: software y tecnología

Por su parte, el Information Technology Outsourcing (ITO) es uno de los segmentos con mayor potencial para nuestro país. Este modelo abarca desde la subcontratación de desarrollo de software hasta soluciones complejas de infraestructura y ciberseguridad, integrando cada vez más al Paraguay en cadenas de valor tecnológicas a escala regional.

Como describe Merino, “hoy el mercado de outsourcing en Paraguay es muy diverso. Incluye desde desarrollo de software, gestión de plataformas digitales, inteligencia artificial y UX design, hasta ciberseguridad, finanzas, manejo de datos, RPA, call centers, soporte técnico, back office y consultorías especializadas en distintas áreas. Todo esto refleja cómo la oferta local viene ganando en sofisticación y especialización año tras año”.

Esa diversidad ha permitido que convivan startups emergentes en su momento, como Codium o Tiva, con compañías consolidadas como Infocenter, que prestan servicios ERP y consultoría. Además, varias empresas paraguayas han sido adquiridas por multinacionales para integrarse a proyectos internacionales, lo que confirma el valor competitivo de su talento.

El sector cuenta hoy con ventajas estratégicas: huso horario en línea con Estados Unidos, costos laborales más accesibles que Europa y una base de jóvenes profesionales técnicos en expansión. La eliminación de barreras fiscales a la exportación digital y la creciente demanda global de servicios especializados crean un terreno fértil para que Paraguay consolide su papel en la economía digital.

Características y ventajas del outsourcing en Paraguay.
Características y ventajas del outsourcing en Paraguay.

Ventajas y desafíos del país

También es cierto que Paraguay reúne una combinación de factores que lo hacen competitivo en el negocio del outsourcing. La estabilidad macroeconómica, un régimen fiscal previsible y costos operativos bajos –incluyendo energía a precios altamente competitivos– constituyen una base atractiva para la inversión. A esto se suma el bono demográfico, con más del 60% de la población menor de 35 años, lo que garantiza una fuerza laboral joven y adaptable.

Igualmente, las universidades locales forman cada vez más profesionales técnicos capaces de insertarse en áreas de software, procesos administrativos y servicios especializados. Aunque el país no compite en precios con gigantes como India, sí ofrece ventajas de proximidad: husos horarios alineados con varios países que facilitan la comunicación en tiempo real y permiten resolver proyectos con mayor agilidad.

En este sentido, Merino destaca un aspecto diferencial: “Paraguay ofrece estabilidad macroeconómica y política, un marco legal claro, impuestos previsibles y bajos, mano de obra accesible y un costo de vida y energía competitivos. Nuestra cultura de colaboración, la comunicación directa y la búsqueda conjunta de soluciones son esenciales para proyectos de outsourcing exitosos”.

No obstante, el sector también enfrenta desafíos. La escasez de perfiles senior especializados limita la escalabilidad de ciertos servicios. En igual medida persisten brechas de conectividad en el interior del país y la falta de estadísticas oficiales que reflejen el verdadero peso del outsourcing dentro de las exportaciones. Estos puntos marcan tareas pendientes si Paraguay quiere consolidarse como hub regional de servicios.

Iniciativas y futuro

En otro orden de ideas, el crecimiento del outsourcing no se da de manera aislada: detrás hay un entramado de gremios empresariales, políticas públicas y alianzas que buscan consolidar el sector. Organizaciones como la Cámara Paraguaya de Servicios y Tercerización (Capaser) y Cisoft han sido clave para articular a los distintos actores, promover foros especializados y acercar al Estado las necesidades de la industria.

Como se citó antes, uno de los avances más relevantes fue la eliminación del IVA a las exportaciones digitales, que dio oxígeno a las empresas tecnológicas y de servicios profesionales. En paralelo, el debate sobre extender el régimen de maquila a más ramas de servicios sigue abierto como un incentivo adicional para captar inversión.

Sumando y restando, las proyecciones son optimistas. La Cámara del sector estima que el outsourcing en Paraguay puede crecer a ritmos de hasta 15% anual y generar 40.000 empleos en la próxima década, si se logran cerrar brechas de conectividad y formación.

Para Merino, el futuro pasa por un cambio de mentalidad: “En los próximos 5 a 10 años, el outsourcing va a transformarse profundamente, y Paraguay tiene una oportunidad única para posicionarse como un actor clave en ese cambio. Visualizo un futuro donde la colaboración global será la norma: equipos distribuidos en distintos países trabajando de forma integrada, aprovechando fortalezas locales y conectados por tecnologías avanzadas”.

El panorama muestra que Paraguay tiene la oportunidad de pasar de ser un mercado emergente a un hub regional de servicios, con capacidad no solo de absorber procesos básicos, sino también de liderar proyectos de alto valor agregado en la economía digital. “El talento paraguayo tendrá un protagonismo cada vez mayor: no solo participando, sino liderando proyectos globales de outsourcing. Ese liderazgo será diverso e inclusivo. El rol femenino y la diversidad serán motores centrales de esta transformación”, detalla Merino.

De la práctica a la estrategia

El outsourcing en Paraguay ya no es un recurso auxiliar, sino un negocio en sí mismo. La combinación de procesos (BPO), conocimiento especializado (KPO) y tecnología (ITO) muestra que el país puede ofrecer servicios diversos y cada vez más sofisticados. El impacto no se mide solo en cifras de facturación, sino también en empleo joven, inclusión femenina y la posibilidad de proyectar talento local a cadenas globales.

Los próximos años serán decisivos. Si Paraguay logra consolidar políticas de incentivo, ampliar su conectividad y formar más profesionales especializados, podrá transformarse en un hub regional de servicios, capaz de competir no solo en costos, sino en calidad y valor agregado. La oportunidad está sobre la mesa: convertir el outsourcing en uno de los motores estratégicos de la economía paraguaya.

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