Siguen los récords bursátiles, pero con una estructura contenida

El mercado de valores paraguayo atraviesa uno de sus mejores momentos en términos de volumen negociado, con un crecimiento sostenido que refleja mayor institucionalidad, confianza y participación de nuevos actores. Sin embargo, la renta variable sigue siendo marginal, la inversión extranjera aún tímida, y los desafíos de modernización, cada vez más apremiantes.

El espectacular crecimiento de la Bolsa en términos de volumen negociado tiene un componente dominante, que es la renta fija.
El espectacular crecimiento de la Bolsa en términos de volumen negociado tiene un componente dominante, que es la renta fija.

La Bolsa de Valores de Asunción (BVA) atraviesa una etapa sin precedentes en términos de volumen transaccionado. En 2024 se negociaron más de G. 51 billones (unos US$ 6.800 millones al tipo de cambio promedio de ese año), lo que marcó un récord histórico. A mayo de 2025, el acumulado ya supera los G. 22 billones, lo que mantiene al mercado en una dinámica expansiva que confirma la tendencia de los últimos ejercicios. Si bien la mayor parte de estas operaciones responde a instrumentos de renta fija, el salto cuantitativo es innegable.

En este sentido, la evolución es todavía más notoria si se observa la curva de crecimiento de los últimos cinco años. En 2020, el volumen anual apenas superaba los G. 13 billones. El incremento acumulado en este lapso no solo responde al ingreso de nuevos jugadores en el segmento, sino también al proceso de formalización del sistema financiero y al papel cada vez más relevante del mercado de capitales como canal de financiamiento.

El crecimiento sostenido en los volúmenes negociados refleja la entrada de un mayor número de inversores individuales e institucionales al mercado de capitales”, afirma René Ruiz Díaz, vicepresidente segundo de la BVA. Según señala, el aumento en el flujo de operaciones no es circunstancial, sino reflejo de un ecosistema que comenzó a madurar en su estructura, aunque aún conserva desafíos relevantes por delante.

La adopción del software Nasdaq permitirá al Paraguay transacciones más ágiles, monitoreo en tiempo real y conectividad con brokers que operan en otras plazas.
La adopción del software Nasdaq permitirá al Paraguay transacciones más ágiles, monitoreo en tiempo real y conectividad con brokers que operan en otras plazas.

Títulos de deuda dominan el auge

El espectacular crecimiento de la Bolsa en términos de volumen negociado tiene un componente dominante, que es la renta fija. En mayo de 2025, el 96,4% del total transaccionado correspondió a bonos, frente a apenas un 3,6% en acciones, según datos oficiales. Los fondos de inversión y derivados, por su parte, no registraron movimientos significativos en ese mes. Esta tendencia no es nueva, pero sí se acentuó en los últimos años, consolidando el perfil conservador del mercado paraguayo.

“Los instrumentos más utilizados siguen siendo los bonos. El inversor paraguayo típico sigue mostrando una preferencia por los instrumentos de renta fija, priorizando la previsibilidad por sobre la participación en el riesgo accionario”, explica Ruiz Díaz. La afirmación encuentra sustento en los números: de los más de G. 4,9 billones negociados en mayo, más de G. 4,8 billones provinieron del segmento de deuda.

El predominio de los bonos también se refleja en la concentración del mercado, donde los principales emisores son bancos, entidades financieras y grandes corporaciones, con emisiones que superan regularmente los G. 100.000 millones. En contraste, la operatoria en acciones se mantiene marginal y fuertemente concentrada en unas pocas compañías tradicionales.

Evolución del volumen negociado en los últimos años.
Evolución del volumen negociado en los últimos años.

Capital extranjero con baja llegada

Por otra parte, pese al volumen récord de operaciones y al fortalecimiento institucional de la BVA, la participación de capital extranjero en el mercado paraguayo sigue siendo mínima. Hoy la operatoria está dominada por actores locales del sistema financiero, además de aseguradoras, fondos previsionales y firmas de renombre. Aunque el marco normativo no impone restricciones legales expresas, las condiciones estructurales del mercado aún no son lo suficientemente atractivas ni compatibles con las exigencias de fondos internacionales.

Según detalla Ruiz Díaz, uno de los factores clave para revertir esta situación es avanzar en la adecuación operativa del mercado: “Para que este potencial se materialice, es fundamental adecuar nuestro marco regulatorio y operativo a los estándares que estos inversores están acostumbrados: procesos ágiles, servicios integrados y plataformas compatibles con los principales bancos y brokers internacionales”.

La conectividad incipiente con plataformas globales, los esquemas locales de custodia y liquidación, y la baja liquidez del segmento accionario hacen que Paraguay siga operando con una lógica interna. A eso se suma una escasa diversificación de productos, que limita las posibilidades para inversionistas sofisticados del exterior. El crecimiento actual ha sido impulsado casi exclusivamente por actores institucionales paraguayos, en un contexto de tasas competitivas y estabilidad macroeconómica.

Distribución por tipo de instrumento en el mercado local.
Distribución por tipo de instrumento en el mercado local.

Más emisores, pero aún poca profundidad

El notable crecimiento del volumen negociado no implica necesariamente una diversificación proporcional en su base operativa. Aunque en los últimos años se incorporaron nuevos emisores y el mercado muestra mayor dinamismo, la profundidad o diversidad sigue siendo limitada, ya que son pocos los jugadores que concentran la mayor parte del flujo.

El grueso de las emisiones proviene –además del sector público– de entidades financieras, empresas del rubro agroindustrial, holdings corporativos y, más recientemente, compañías del sector inmobiliario y de servicios. Sin embargo, muchas pymes aún permanecen al margen del mercado bursátil por falta de escala, desconocimiento de los mecanismos de emisión o requerimientos de estructura interna que no siempre están en condiciones de cumplir.

En este contexto, la ampliación de la base emisora aparece como una prioridad si se busca sostener el crecimiento en el mediano plazo y reducir la exposición a shocks específicos. “Nuestro objetivo es seguir creciendo sin pausa, y creo que estamos bien encaminados a superar nuevas cifras récord de negociación”, señala Ruiz Díaz con tono optimista, al ser consultado sobre las proyecciones de superar los US$ 7.000 millones en negociaciones este 2025.

La inclusión de nuevos sectores productivos, el desarrollo de instrumentos más flexibles, como pagarés bursátiles o facturas negociables, y el fortalecimiento de los programas de formación financiera son algunas de las claves que podrían contribuir a ensanchar la plataforma emisora y darle al mercado una estructura más resiliente.

Comparativo del volumen negociado por tipo de mercado localmente.
Comparativo del volumen negociado por tipo de mercado localmente.

Renta variable: el pendiente estructural

En medio de este crecimiento histórico del sector, la renta variable sigue ocupando un espacio minoritario. El grueso de las negociaciones se concentra en bonos corporativos, financieros y fiduciarios, mientras que las operaciones con acciones representan apenas una fracción del volumen total negociado.

Esta disparidad refleja una realidad estructural del sistema bursátil nacional, y es que la apertura de capital accionario es todavía una excepción, y no la norma. En Paraguay, muchas empresas –incluso de gran envergadura– optan por financiarse vía deuda antes que listar acciones, debido a factores como la reticencia a perder control, los costos de cumplimiento y una cultura empresarial poco habituada a la exposición pública.

El escenario se complejiza aún más por la falta de liquidez en el mercado accionario actual. Las pocas acciones registradas tienen escasa rotación y limitada cobertura por parte de agentes financieros, lo que desalienta tanto la demanda por parte de inversores como la oferta de nuevas emisiones.

Además, no se cuentan con mecanismos consolidados para fomentar este segmento, como incentivos fiscales, presencia de fondos especializados en “private equity”, o programas de impulso a la capitalización bursátil de empresas medianas. El desarrollo de la renta variable, por ende, permanece como una tarea pendiente, tanto para el sector privado como para los organismos que regulan y promueven el mercado.

Principales emisores en Bolsa en lo que va del año.
Principales emisores en Bolsa en lo que va del año.

El desafío de la gran integración

Si bien el mercado de valores en Paraguay avanza a un ritmo inédito, aún enfrenta desafíos relevantes para consolidar su posicionamiento regional. Uno de los pasos más significativos en esta dirección fue la reciente implementación de la plataforma tecnológica Nasdaq como motor de negociación de la BVA, un salto de calidad que alinea al sistema bursátil local con estándares internacionales de seguridad, trazabilidad y eficiencia.

Esta integración representa un avance crucial, tanto en términos de infraestructura como de señal al exterior: por primera vez, Paraguay cuenta con un sistema plenamente homologado a los utilizados en los principales mercados financieros del mundo. La adopción del software Nasdaq permitirá transacciones más ágiles, monitoreo en tiempo real y conectividad con brokers que operan en otras plazas.

Sin embargo, más allá del hito tecnológico, el camino hacia una integración regional plena aún está pendiente. A diferencia de otras plazas latinoamericanas, Paraguay aún no forma parte del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA) ni de otras plataformas que permitan la negociación cruzada de títulos entre países.

Desde el sector reconocen que es el siguiente paso natural. Si bien el mercado local ya ha demostrado madurez en términos de cumplimiento normativo, estabilidad institucional y expansión del volumen, la profundización del ecosistema requiere conectividad regional y mayor apertura internacional. Hoy la supervisión está a cargo de la Superintendencia de Valores (SIV), dependiente del Banco Central del Paraguay (BCP), lo que refuerza el marco de confianza, pero también exige elevar el estándar de fiscalización tecnológica y operativa.

El salto de calidad será consolidar ese avance en un sistema integrado, robusto y confiable, que no solo ofrezca escala local, sino que también habilite el acceso a capitales regionales y globales en condiciones competitivas. Con bases institucionales sólidas y un entorno de crecimiento sostenido, el mercado paraguayo tiene en frente la posibilidad de cerrar la brecha que todavía lo separa de los grandes circuitos financieros de la región.

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