¿Importa la calidad de las élites para crear riqueza?

El Índice de Calidad de las Élites (EQx), de la Universidad de St. Gallen (Suiza), analiza el comportamiento de las élites en 151 países y su capacidad para generar o extraer valor económico. El estudio las clasifica en: élites de muy alta calidad, alta calidad, calidad media y élites rezagadas. Paraguay ocupa el puesto 89.

calidad de las elites
La calidad de las élites en la gobernanza del país y su desarrollo económico.

El EQx, en su sexta edición, publicada el 13 de mayo, analizó 151 países mediante 149 indicadores. Su objetivo, evaluar conceptos como el poder, el valor y la capacidad de las élites para crear y ampliar valor en beneficio de la sociedad o, por el contrario, extraerlo para provecho propio.

En Latinoamérica, el estudio ubica a las élites en rangos de calidad a Chile (puesto 32) es el mejor posicionado, seguido por Panamá (34) y Uruguay (47), y de media calidad a Ecuador (80), Argentina (86), Paraguay (89), Cuba (90), entre otras naciones.

Elites creadoras y extractoras de valor

Según el Elite Quality Index, existen dos modelos: aquellas élites que amplían el valor para toda la sociedad y aquellas que principalmente extraen beneficios para sí mismas.

Las élites de alta calidad promueven modelos de negocio sostenibles e inclusivos. Su enfoque va más allá del beneficio inmediato, generando un valor que supera ampliamente lo que retienen para sí mismas. Invierten en innovación, crean empleos de calidad y fortalecen las cadenas productivas, actuando como motores del desarrollo económico.

En el otro lado se encuentran las élites extractivas, que priorizan el beneficio a corto plazo y operan con una lógica de extraer. Su modelo se basa en capturar valor en lugar de crearlo, frecuentemente a través de corrupción, ineficiencia en servicios o evasión fiscal. St. Gallen lo resumen en: las élites que agrandan el pastel para beneficio mayor, y élites extractivas que se apropian de porciones cada vez mayores.

Esta distinción tiene consecuencias. Las naciones con élites políticas y empresariales de alta calidad muestran mayor capacidad para enfrentar desafíos complejos como la transformación digital o la transición ecológica. Por el contrario, las élites extractivas tienden al estancamiento económico, la conflictividad social y ciclos de crisis repetitivos.

Las élites tienen la capacidad de generar los ingresos más altos en la economía de un país a través del capital humano, financiero y de conocimiento, y se agrupan en grandes corporaciones, bancos, sindicatos o gobierno.

Niveles e indicadores en tiempo real

El EQx 2025 evalúa el comportamiento de las élites en cuatro dimensiones clave: capacidad de creación o extracción de valor, ejercicio del poder político, generación de valor económico y dinámica de destrucción creativa.

Estas dimensiones se instrumentan a través de 12 pilares estratégicos, medidos por 149 indicadores específicos. La principal innovación radica en la incorporación de cinco nuevos indicadores basados en inteligencia artificial que permiten el monitoreo en tiempo real de las dinámicas de poder y el análisis predictivo de tendencias emergentes, lo que representa un avance significativo en la capacidad de observación y evaluación del impacto real de las élites en el desarrollo socioeconómico.

Países con muy alta calidad de élites

El EQx 2025 corona a Singapur, Estados Unidos y Suiza como las élites más efectivas del mundo. Estados Unidos tiene con un ascenso de 14 puestos, impulsado por la creación de valor relacionada a la IA, y Suiza baja del segundo lugar que logró en 2024.

Singapur se destaca por el sistema educativo, visión estratégica a largo plazo y cero tolerancia a la corrupción. Estados Unidos por la innovación, el ecosistema de emprendimiento y la captación de talentos globales, mientras Suiza, por su sistema de gobierno, institucionalidad, educación productiva y atracción de capital.

El top 10 a nivel mundial está compuesto por países que han crecido o decrecido en comparación con el 2024: Singapur (0), Estados Unidos (+14), Suiza (−1), Japón (0), Corea, Rep. (+1), Qatar (+12), Nueva Zelanda (−2), Alemania (0), Países Bajos (−6) y Reino Unido (+1).

Estados Unidos se recuperó y China e India escalan

Estados Unidos cayó en el estudio del 2023 al puesto 16 por consecuencia del manejo de la pandemia y la posterior inflación. Para el 2025 tuvo un gran desempeño logrando subir a la posición 2, en gran medida gracias a la IA, como eje para la creación de valor impulsada por las élites.

China escaló y llega al puesto 19 gracias a su rápido avance en IA, incluso está mejor rankeado que países que tienen un per cápita más rico como Francia (22) e Italia (36). En el 2021 se ubicó en el lugar 39. India también muestra un fuerte impulso ascendente, subió del puesto 118 en el 2021 al 60 en cinco años.

Mercados emergentes retroceden

Economías emergentes por otra parte están retrocediendo. Brasil desciende ocho puestos hasta el 72, México baja 13 puestos al 65, mientras Turquía sufre uno de los descensos más pronunciados cayendo 22 puestos hasta el 84. Rusia se mantiene en el 99, Egipto desciende 18 puestos hasta ubicarse en el 102, y Sudáfrica desciende diez puestos hasta el 127.

América Latina en niveles de calidad y media

Chile es el país mejor posicionado ubicándose en el puesto 32, pero aún lejos de líderes globales. En el ranking le siguen Panamá (34), Uruguay (47), Perú (48), R. Dominicana (54), Costa Rica (61), México (65), Brasil (72), Ecuador (80), Argentina (86) y Paraguay (89) que caen en la categoría de élites extractivas, seguidos al final por Cuba (90), Honduras (107), El Salvador (108) y Guatemala (109).

Para lograr salir de la calificación de élites extractivistas, el estudio propone trabajar en aspectos, como:

  • Mayor transparencia en el financiamiento político para reducir la captura del Estado y mejorar su gestión
  • Crear incentivos a empresas para innovar
  • Establecer políticas claras para reformar la educación superior fomentando el pensamiento crítico y global
  • Trabajar en el fortalecimiento de mayor movilidad social que demande mejoras sustanciales.
elites latam
Desempeño de las elites de Paraguay, Chile, Argentina y Brasil. Chile destaca.

Élites rezagadas

Finalmente, en los últimos lugares del EQx quedan las élites rezagadas, en su mayoría pertenecientes a Africa: Congo (137), Angola (142), Sudán (149), y Asia: Pakistan (132), Nepal (133), Irak (146), Yemen (148), entre otras naciones.

Élites políticas ponen el freno al desarrollo

El Índice de St. Gallen ubica a Paraguay en el puesto 89 en la categoría de élites de mediana calidad, con una economía enfocada más en capturar valor que en incrementarlo.

Paraguay ha escalado posiciones desde el 2000, en que se ubicó en el puesto 104, en el 2007 baja al 133, en 2014 logró el 88, en el 2019 y 2021 descendió nuevamente a la posición 125, y finalmente en los dos últimos años se mantuvo en el puesto 89.

Respecto a los indicadores que tienen relación con la gestión pública, Paraguay tiene calificaciones desalentadoras, por ejemplo, a nivel de recaudación de ingresos tributarios por parte del Estado (Takign Income) es la más baja, situándose en el puesto 141.

Lo mismo sucede con el indicador que aborda reglas del Estado y sus poderes como corrupción y transparencia (State Capture), puesto 119.

Con relación a la gestión de gobierno en el manejo de explotación de recursos naturales, el comprometimiento del futuro con acciones presentes, deuda pública, entre otros, logra el puesto 111.

Otro indicador preocupante es el relacionado a la sustitución de prácticas empresariales obsoletas por prácticas más innovadoras (Creative Destruction), que sitúa al país en el puesto 113.

elites politicas
Las élites políticas frenan el desarrollo del país.

Paraguay se ubica en la dimensión de poder político: captura del estado (119), captura regulatoria (82) y captura humana (56). Con relación al poder económico: dominio de la cualición (108), dominio firme (114) y destrucción creativa (113).

Respecto al pilar de valor político: recaudación de ingresos tributarios (141), gestión del gobierno y uso de las finanzas públicas en la previsión de bienes y servicios públicos (79) e ingresos no ganados por explotación de recursos y el futuro comprometido (111). Con relación a valor económico: valor del productor (62), valor de capital (113) y valor de trabajo (46).

El país requiere reformas serias en educación, transparencia y diversificación productiva para salir del extractivismo.

Sin embargo, mientras su clase política tradicional sigue anclada en prácticas ineficientes, surge una nueva generación con mayor apertura al cambio para enfrentar la solución de problemas estructurales como la dependencia de sectores primarios, corrupción y opacidad, la persistente informalidad que borda el 60% de la economía, y la baja inversión en innovación que actualmente no pasa del 0,1% del PIB.

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