¿Paraguay está listo para cambiar?

La desaceleración global no debe ser vista como una amenaza sino como una invitación a repensar nuestro modelo productivo, impulsar la transformación digital y conquistar nichos donde Paraguay aún no ha entrado con fuerza. Es por ello que la pregunta no es si el mundo va a cambiar, sino si Paraguay está listo para cambiar con él.

La hidrovía es la principal vía de salida de las exportaciones de Paraguay.
La hidrovía es la principal vía de salida de las exportaciones de Paraguay. Un cambio en la matriz productiva puede favorecer al país para aprovechar la crisis global.Archivo, ABC Color

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El mundo enfrenta un nuevo ciclo económico marcado por la incertidumbre, y el informe más reciente de la OCDE refleja esa situación al marcar una clara desaceleración, proyectando un crecimiento global moderado, cercano al 2.9% para 2025, y con economías clave como Alemania, Francia, Japón y Estados Unidos mostrando síntomas de fatiga económica, producto de una combinación de alta inflación persistente, elevadas tasas de interés y tensiones geopolíticas no resueltas.

A esto se suma el caso de China que, tras décadas de crecimiento acelerado, enfrenta ahora un complejo proceso de ajuste debido a la caída en su mercado inmobiliario, el envejecimiento de su población y una creciente desconfianza internacional hacia su entorno regulatorio, sembrando dudas por ello acerca de su capacidad de seguir siendo el gran motor económico del mundo.

Uno de los factores que ha agravado esta tendencia ha sido la guerra de aranceles iniciada por la administración Trump, cuyas consecuencias aún repercuten en las cadenas de suministro globales, lo cual deja en evidencia que el mundo es cada vez más proteccionista pese al discurso teórico del libre comercio, vigente en muchos foros multilaterales. En medio de este panorama complejo, con una gran fragmentación comercial y el enfriamiento de la economía china, se ha desdibujado el mapa tradicional del comercio internacional, y eso deja a Paraguay en la doble necesidad de evitar ser arrastrado por la corriente pesimista global y, al mismo tiempo, descubrir cómo transformar esta coyuntura en una oportunidad histórica.

Nuestro país, con una economía abierta, joven, con estabilidad macroeconómica, y unos impuestos realmente bajos, puede posicionarse estratégicamente como un destino confiable para inversiones en agroindustria, energía limpia, logística y manufactura ligera. La hidroelectricidad de bajo costo, la cercanía a grandes mercados como Brasil y Argentina, y un sistema financiero ordenado son activos valiosos en un contexto donde muchos inversores extranjeros buscan países con bajo riesgo y alta previsibilidad.

Además, en un mundo que demanda sustentabilidad y trazabilidad, Paraguay tiene una carta a su favor: el potencial de desarrollar una marca país basada en producción responsable, economía circular y digitalización. Sin embargo, para que esto sea viable, se requieren decisiones firmes en políticas públicas, mayor inversión en educación técnica, infraestructura e innovación, y una alianza inteligente entre el sector público y el privado.

La desaceleración global no debe ser vista únicamente como una amenaza sino también como una invitación a repensar nuestro modelo productivo, impulsar la transformación digital y conquistar nichos internacionales donde Paraguay aún no ha entrado con fuerza. Es por ello que la pregunta no es si el mundo va a cambiar, sino si Paraguay está listo para cambiar con él, pero, sobre todo, si podrá liderar en medio del desconcierto global mediante una visión estratégica, audaz y sustentable. La respuesta la tienen las instituciones públicas y empresas paraguayas.

Alfonso Algora, decano de Economía de la Universidad del Pacífico.

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