Cargando...
Algunos operadores de telecomunicaciones han anunciado pruebas piloto y planes de despliegue en las principales ciudades del país, lo que ha generado expectativas. El Gobierno también ha manifestado su intención en agilizar la regulación para facilitar su adopción.
El 5G representa un salto tecnológico con el potencial de transformar múltiples sectores y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, su implementación en Paraguay debe abordarse con una estrategia integral que contemple la infraestructura, el acceso equitativo, la regulación y la educación digital. Solo así se podrá garantizar que los beneficios de esta nueva era de conectividad sean accesibles para todos, y que Paraguay no quede rezagado en la carrera por la transformación digital global.
A modo de resumen de lo que significa el 5G, mientras que para los usuarios particulares promete una navegación más rápida y fluida, mejor calidad en streaming de contenido en alta resolución, menor latencia en videojuegos en línea y videollamadas más fluidas – todos ellos aspectos que ya garantiza una buena conexión 4G –, para las empresas sí puede representar una transformación mucho más profunda.
Su capacidad para manejar un mayor número de dispositivos conectados simultáneamente y su baja latencia permiten optimizar procesos industriales, mejorar la automatización en fábricas, potenciar la telemedicina con cirugías remotas y facilitar la implementación de ciudades inteligentes y vehículos autónomos. Sin duda, la agricultura, el comercio y la logística pueden beneficiarse enormemente de la conectividad mejorada y la recolección de datos en tiempo real.
Desde el punto de vista empresarial, la llegada del 5G abre oportunidades para la digitalización de pymes. Empresas que adopten tempranamente esta tecnología podrán ganar ventaja competitiva.
A pesar de las promesas del 5G, su despliegue en Paraguay enfrenta obstáculos de índole social, territorial y político. Desde el punto de vista de la infraestructura, la tecnología requiere una red densa de antenas y estaciones base para garantizar su cobertura y funcionamiento óptimo, por lo que en un país donde muchas regiones aún carecen de acceso a redes 4G estables, esta inversión representa un desafío significativo.
Otro factor es el costo. La implementación requiere inversiones millonarias en equipos, espectro radioeléctrico y actualización de la infraestructura actual, lo que podría traducirse en tarifas más elevadas para los usuarios finales, al menos en las primeras etapas de adopción. Además, los dispositivos compatibles con 5G siguen siendo más costosos, lo que podría limitar el acceso.
En definitiva, la brecha digital no deja de ser un reflejo de la brecha social. La transición al 5G no solo debe centrarse en las ciudades principales, sino en garantizar que el desarrollo tecnológico sea inclusivo.
La regulación y el acceso al espectro también juegan un papel fundamental. El Gobierno debe establecer políticas claras sobre la asignación del espectro, asegurando que su distribución sea equitativa y que se eviten monopolios que puedan perjudicar la competencia y el acceso equitativo a la tecnología.
El despliegue del 5G no es solo una cuestión tecnológica, sino también un factor clave en la modernización económica del país. Sin embargo, sin una inversión sostenida en infraestructura y sin políticas públicas que faciliten su acceso equitativo, el impacto del 5G podría quedar limitado a sectores privilegiados.
Para que Paraguay pueda aprovechar al máximo, será fundamental un esfuerzo coordinado entre el sector público y privado, promoviendo una adopción accesible y sostenible que beneficie a toda la sociedad.
- Alfonso Algora, consultor educativo internacional.