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Entre las desventajas se puede observar la incomodidad en que trabajan los urneros. Esta vez, tuvieron que improvisar para escribir usando sus piernas o el capot de algún vehículo, o la pared, y además se desgasta al grupo porque se debe caminar varios kilómetros.
A esto se suma que mientras unos trabajan para alzar el voto en forma transparente, otros implementan los famosos “punteros” que se adelantan al grupo de consultores para instigar por quién votar o “negociar” con algún elector indeciso.
Una ventaja de las urnas delivery es que pueden llegar casa por casa, donde el universo de electores debe alcanzar a todos los integrantes de familias que están en edad de votar y no solo a una como ocurrió en este caso.
Con este sistema de recorrido de urna se evitará el elevado gasto por pago de vehículos para traslado de los electores a los lugares de votación y se logrará una mayor participación ciudadana, aunque se va a precisar mayor cantidad de “urneros” que deban recorrer los barrios y compañías.
Quedó demostrado en esta ciudad que los tres miembros de los diferentes movimientos políticos que transportaban las urnas demostraron autoridad al momento de exigir transparencia, atendiendo a que, según fueron instruidos, si uno de los miembros se niega en firmar los boletines de votación -ante alguna irregularidad- la urna puede ser anulada.
El sistema delivery tiene un alcance mayor a los electores pero para que sea efectivo, se debe garantizar también la seguridad de los “urneros” que esta vez trabajaron sin ninguna protección policial.