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El informe "Cuenta Regresiva ¿Cómo aprovechar el bono demográfico en Paraguay?", del UNFPA, propone una serie de "acciones prioritarias" e invertir en infancia, adolescencia y juventud en el Paraguay.
El bono demográfico es un fenómeno que se da cuando el volumen de la población en edad de trabajar en un país, que se ubica entre 14 y 59 años, supera a la población dependiente (niños y ancianos).
La presentación del Informe estuvo a cargo de Claudina Zavattiero, consultora, y Mirtha M. Rivarola, oficial de Género, Adolescencia y Juventud del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas.
El documento advierte que el "costo social" de no aprovechar el bono demográfico "será muy elevado", dado que en los próximos años el volumen de población que actualmente está en edad de trabajar envejecerá y disminuirá la futura población en edad de trabajar (menor reemplazo de la fuerza productiva).
Añade que con este panorama habrá una alta demanda en sistemas de salud, de seguridad social, de cuidados y seguridad económica, con estructuras familiares más reducidas.
Destaca asimismo que el 29% de la población en Paraguay es joven, pero si la misma no cuenta con formación académica y laboral adecuada para desarrollarse e insertarse en un empleo de calidad, se producirán grandes masas de subempleados, desempleados y en algunos casos de migrantes, quienes dejan de aportar sus esfuerzos y conocimientos a la economía del país, aumentando la pobreza y la vulnerabilidad.
Trabajo: El 28,5% de la población adolescente (14 a 17 años) es parte de la población económicamente activa (ocupada o en busca de empleo). A pesar de la existencia de normativas legales, un amplio número de adolescentes y jóvenes inicia su participación económica en la niñez, esto es, el trabajo infantil como antesala.
La necesidad de aportar económicamente a la familia conduce a dejar de estudiar para trabajar, representando un alto costo para la sociedad al interferir en la calidad de vida presente de adolescentes y obstaculizar el proyecto de vida adulta que será construido con escasas capacidades y competencias educativas, afectando la inserción en el mercado de trabajo en condiciones decentes: empleo formal con jubilación, seguro médico y buena remuneración.
En el apartado de Trabajo no Mercantil o trabajo no remunerado, el informe refiere que las mujeres de 14 y más años destinan semanalmente el doble de horas que los hombres al trabajo no remunerado, en particular las del área rural.
En cuanto a la juventud, más de una cuarta parte se encuentra inactiva en el sector mercantil (28,5%), esto es, que no están trabajando ni están buscando trabajo en el mercado laboral.
La inactividad laboral es 1,5 veces más frecuente en las mujeres jóvenes (42,2%) y en jóvenes del quintil de menores ingresos (37,5%). Las razones de inactividad mercantil son distintas entre hombres y mujeres.
Entre los jóvenes se da por razones de estudios, en tanto en las mujeres jóvenes cobran relevancia la realización de labores del hogar y los motivos familiares (pudiendo obedecer a factores como el embarazo adolescente).
Educación: El 57,8% de adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años no asiste actualmente a un establecimiento de enseñanza, lo que implica que más de un millón de adolescentes y jóvenes se hallan fuera del sistema educativo, con los riesgos que esto conlleva. Esta proporción empeora en poblaciones de bajos ingresos y del área rural.
Salud: Cada día mueren cinco adolescentes y jóvenes en el Paraguay. Las tres principales causas de muertes en adolescentes entre 15 a 29 años registradas en el 2015 son: causas externas (accidentes y homicidio), tumores y muertes asociadas al embarazo, parto y posparto.
VIH: De cada 10 nuevos diagnósticos, más de 4 corresponden a adolescentes y jóvenes.
Un estudio de 2014 sobre Prevalencia de Consumo de Drogas, Factores de Riesgo y Prevención en Jóvenes escolarizados de 12 años y más (Senad/OPD, 2015) arrojó que el 22,6% de jóvenes escolarizados encuestados declaró haber fumado tabaco alguna vez en la vida (24% de los hombres y 21,4% de las mujeres), el consumo de bebidas alcohólicas alguna vez en la vida fue declarado por el 58,9% de los jóvenes escolarizados encuestados, en tanto uno de cada cuatro manifestó haber consumido en los últimos 30 días.
La marihuana es la sustancia ilícita de mayor consumo por parte de la juventud en Paraguay. El 5,7% de jóvenes escolarizados encuestados admitió haber consumido esta sustancia al menos una vez en la vida (7,1% entre los hombres y 4,5% entre las mujeres).
Conformación de familia: El estado civil actual de las y los jóvenes en Paraguay da cuenta de que un poco más de la cuarta parte está o ha estado en unión (especialmente no formal), con mayor prevalencia entre las mujeres (34,1%) y la juventud rural (32,9%). La unión a edades tempranas no implica necesariamente la independencia del hogar parental y la formación de nuevos hogares
Participación política: La participación de la juventud en las elecciones presidenciales de 2013 muestra una baja intervención. El 30,2% de las personas habilitadas para sufragar en dichas elecciones tenían entre 18 y 29 años (1.061.845 jóvenes), pero, a pesar de ser el sector mayoritario, pierden poder político por el ausentismo: solo 63,4% efectivamente votó, siendo esta la menor participación por grupo etario.
Juventud Indígena: Según el Censo Nacional de Población y Vivienda para Pueblos Indígenas 2012, el 29,1% de la población indígena del país tiene entre 15 y 29 años y reside en gran medida en zonas rurales.
Un cuarto no poseen cédula de identidad, 1 de cada 5 no sabe leer ni escribir y 8 de cada 10 jóvenes no asisten actualmente a una institución de enseñanza formal. El uso de equipos de tecnología se da mayormente a través de teléfonos celulares y una minoría accede a computadora y a internet.
La tasa de actividad juvenil en esta población es del 54,5%, quienes se insertan en su gran mayoría en el sector privado. El 7,6% de jóvenes indígenas se encuentra desempleado, en tanto que la principal razón de inactividad económica es la realización de tareas del hogar.
Por otra parte, se ha encontrado que 7 de cada 10 personas indígenas privadas de libertad son adolescentes o jóvenes, en su mayoría varones, siendo el homicidio la principal causa judicial (MNP, 2016).