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Se trata de un observatorio del sistema solar, diseñado creativamente con todos los detalles como para asemejarse a una nave espacial. Su nombre es “Padre Buenaventura Suárez”, en honor al primer astrónomo que tuvo nuestro país, nos explicaron los funcionarios expositores.
Solo en su primera noche, la nave, que cuenta con dos telescopios, de observación diurna y nocturna respectivamente, recibió a visitantes.
El ideólogo de la “nave espacial” es el profesor Blas Servín, referente de la Astronomía en nuestro país. La ingeniosa creación está construida de la misma forma como en realidad funcionan las naves en el espacio, incluyendo la aletas que se abren para observar la galaxia.
El objetivo principal de Itaipú con esta propuesta, según nos explicó el funcionario expositor Ramón Estigarribia, es potenciar el interés de los estudiantes por la astronomía, y el aprendizaje sobre planetas y el sol.
El observatorio está ubicado habitualmente en el Parque Tecnológico de la Itaipú, en la ciudad de Hernandarias, departamento de Alto Paraná.
Diariamente y durante todo el año, en el Parque Tecnológico reciben a visitantes de colegios o universidades que llegan con el fin de aprender un poco más sobre la galaxia.
La astronomía, según nos explicaron, afecta a numerosas áreas de competencia, no necesariamente a los que vayan a dedicarse de lleno a esta ciencia. “Recibimos a estudiantes de Arquitectura, por ejemplo, para los que es fundamental conocer los movimientos del sol de manera a realizar construcciones de calidad, teniendo en cuenta el movimiento del sol, produce diferentes tipos de reflejos, dependiendo de si es invierno o verano”, explicó Estigarribia.
Las personas que llegan hasta el stand, pueden subir gratuitamente a la “nave espacial” y realizar la observación en compañía del instructor, que responderá todas las preguntas que desee. La Itaipú alienta en especial a niños y jóvenes a visitar su rincón en la Expo, donde podrán aprender novedades interesantes de la Astronomía.
La nave espacial cuenta con un centro meteorológico que mide la temperatura, grados, ambiente, velocidad del viento, que se monitorea desde una computadora.
El observatorio fue creado en el año 2012. Por varios periodos estuvo sin funcionamiento, pero la directora, Teresa Peralta, está impulsando directrices para darle uso a un equipamiento que costó G 376 millones al estado paraguayo.