Tras 15 años, se hizo la luz

Este no es un país para impacientes y en el asentamiento Martín Rolón, de San Ignacio, lo saben. Este es un país de gente tenaz, porque la mayoría de las luchas son demasiado largas y extenuantes, como la odisea de pelear 15 años por electricidad.

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El lampiúm o lámpara mbopi (lámpara a querosén) y las velas fueron los instrumentos de luz en un sector conocido como “sector Playo”, dentro del asentamiento Martín Rolón desde su creación en el año 2000. Está a escasos 20 kilómetros del centro de la ciudad de San Ignacio, Misiones, pero la corta distancia no facilitó los trámites.

Son aproximadamente 40 familias de escasos recursos que viven en el “sector Playo”. Durante más de una década, los pobladores fueron y vinieron, juntaban un poco de dinero, conseguían un móvil y se embarcaban en algún viaje junto a alguna autoridad, algún gerente regional e incluso hasta algún canal de alcance nacional para pedir ayuda. Varios presidentes de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) -la principal proveedora de energía eléctrica de la población- pasaron, así como pasaron intendentes y gobernadores.

“Seguro les hartamos a las autoridades porque, de acuerdo con nuestras posibilidades, íbamos y veníamos”, cuenta Mercedes Pedrozo de Céspedes, una de las líderes de la comisión de electrificación. Una de sus hijas, que vive en el pueblo, la ayudó mucho -recuerda-, movió cielo y tierra en busca de contactos -políticos colorados y liberales- que pudieran ayudarlos.

Ayudarlos a que la vida en el siglo XXI sea un poco más llevadera en un país que bate récords mundiales en producción de energía, pero cuya población, como la de Martín Romero, calentaba agua a leña en invierno para bañar a los chicos y cocinaba leche de mañana, tarde y noche para que no se pierda nada. Era imposible guardar comida por dos o tres días. La carne se compraba de a poco y, si no se utilizaba en su totalidad, la convertían en cecina para poder usarla después. Los productos que cultivaban en el lugar -la mayoría de los pobladores en Martín Rolón son pequeños agricultores que cultivan diversos  productos- no se podían guardar por muchos días, no había forma de almacenarlos, los huevos debían venderse frescos en el pueblo.

Mercedes, afiliada al Partido Colorado, recordó que cada vez que se enteraban de la visita de alguna autoridad en la zona corrían a llevar la carpeta que contenía el proyecto de electrificación para su comunidad. El año pasado, durante una visita del presidente de la República, Horacio Cartes, a la zona de Santa Rosa, Misiones, lograron llegar al “aty guasu” (grupo grande en un mitín), donde el mandatario los escuchó y, según Mercedes le dijo a Smachlko -entonces presidente de la Entidad Binacional Yacyretá- que se ocupe del tema, pero “no hubo caso”.

La respuesta, sin embargo, se encontraba más cerca. Hablaron con un jefe regional en San Ignacio, Roberto Leal, y este envió a un técnico a la zona, Luis Céspedes. A doña Mercedes le gusta recordar a todos los que se involucraron en su lucha y de alguna manera ayudaron. Hubo entonces visos de esperanza. Céspedes les dijo que estaba planeado un proyecto grande en Misiones y que haría todo lo posible por incluir su pequeño proyecto dentro de ese plan.

“Bueno, hay un proyecto grande que va a salir en Misiones y ustedes mucho ya anduvieron y son educados, nunca vinieron a manifestarse, nunca vinieron a golpearnos la mesa y voy a hacer todo lo posible para meter este pequeño proyecto dentro del proyecto grande”, es lo que recuerda doña Mercedes que le dijeron.

Y, efectivamente, el técnico cumplió. El domingo pasado, con una misa de por medio, pobladores y autoridades celebraron la inauguración de las obras que, según la ANDE, demandó entre materiales y mano de obra más de G. 600 millones. El presidente de la ANDE, Víctor Romero, agradeció en todo momento el apoyo y la gestión de los pobladores, que incluso cuando vieron sus sueños de luz concretarse no dejaron de ayudar. Doña Mercedes contó que preparaban ollas populares para los trabajadores, que los hombres de la comunidad ayudaban como podían en las obras y que en Navidad bailaron, cantaron y lloraron de alegría al ver que por primera vez se hacía la luz en su comunidad.

Muchos ya tienen ducha eléctrica y otros equipamientos eléctricos, no porque tengan dinero para comprarlo todo, sino porque desde hace años vienen preparándose para el día que la electricidad llegase. Hubiera sido una vergüenza no tener nada cuando eso ocurriera, por eso se venían preparándose, dijo doña Mercedes, después de todo,  Martín Rolón es una colonia modelo que salió adelante principalmente gracias a Asociación de Solidaridad  Para el Desarrollo (ASE), de Italia.

La historia fue dada a conocer por la ANDE ayer, mientras se discutía el posible aumento de  la tarifa por el servicio de energía eléctrica, lo que generó un aluvión de quejas de la población.

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