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El motivo principal que impide la separación de las niñas, es que están unidas por el área del ventrículo del sistema circulatorio, y este no se puede dividir. Además, lo que hace que estén en estado crítico es que el corazón que comparten no tiene fuerza para sostener a ambas niñas. A su vez, la disposición de los bazos sanguíneos no es normal.
La “evolución natural” significa, sencillamente, dejarlas crecer hasta que la naturaleza defina cómo avanzarán. Mientras, los médicos hacen lo único que les queda. “Están hidratadas, les damos suero, están tomando un poco de leche de la mamá, y se les deja a los padres ingresar a verlas todas las veces que quieran, de manera a fortalecerlas con ese apego”.
¿Qué es lo peor que podría pasar? Fue nuestra consulta, a lo que la doctora respondió que, como comparten el mismo sistema hemodinámico “si una fallece, va a fallecer instantáneamente la otra”.
También podría darse que crezcan juntas y llegar a un año de vida, en un panorama más alentador, pero, la profesional expresó que “eso no lo podemos saber, porque día a día y hora a hora cambian los pronósticos”.
Como, por su gravedad, tampoco están en condiciones de salir de alta, permanecerán asistidas. El Instituto de Previsión Social (IPS) seguirá manteniéndolas internadas en el área de terapia intensiva todo el tiempo que necesiten.
Según comentó la profesional, los jóvenes padres, que no sobrepasan los 25 años, se encuentran bien de salud, pero emocionalmente están muy débiles. “Son asistidos también en el área emocional. Ellos no quieren exponer su identidad”, dijo la doctora.