Servir a los 90 años

Por su entusiasmo y vitalidad, pareciera de 17. En realidad, tiene 90, y en sus ojos se resume una vida llena de historias. Ahora suma un nuevo episodio: su rol de servidor del Papa.

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Apenas lanzada la convocatoria de registro a servidores durante la visita del Santo Padre a nuestro país, oyó en una reunión familiar sobre la necesidad de personas que deseen prestar un servicio desinteresado durante los actos oficiales que presida el Papa. Ese fue el momento en que don Celestino Maldonado Milesi, de 90 años, prestó suma atención al pedido. "Yo quisiera ser un soldado más", dijo, desatando la risa de los suyos. Sin embargo, la expresión no tenía función de chiste... sino todo lo contrario. "¡Si no lo hago ahora, no lo voy a hacer nunca!", dice, prestándose a servir al Vicario de Cristo "aunque sea con lluvia".

El principal problema, al principio, fue el registro a través de la plataforma online, ya que -entre los requisitos- se exigía una edad comprendida entre 16 y 60 años. Pese a eso, don Maldonado insistió en su llamado y logró registrarse -a fuerza de insistencia- como un servidor más. Para la visita de Juan Pablo II, en 1988, no había podido prestar servicios debido a sus obligaciones laborales.

A pura sonrisa y movimiento, este jueves lo encontramos en plena actividad. Don Celestino asegura que está dispuesto a caminar todo lo que sea, y sin ningún tipo de beneficios por su condición. "No quiero tener privilegios ni nada", subraya.

Oriundo del departamento de San Pedro, don Celestino vive actualmente en la casa de su sobrina, en Loma Pyta. Su mirada y su actitud se suman a la cuenta regresiva de ocho días para la visita del Papa. Un episodio que guardará por siempre en su memoria y en la de los suyos.

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