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Monseñor Peralta fue el encargado de presidir hoy el octavo día del novenario en honor a la Virgen de los Milagros de Caacupé, bajo el lema: “La coherencia entre fe y vida es el mejor testimonio para la sociedad”.
Peralta habló de que existe “un divorcio entre la fe y la vida”, ya que no se reflejan las creencias en la actuación del día a día.
“Nuestro catolicismo tiene poco impacto en la sociedad. Los políticos, a pesar de ser católicos, no demuestran ningún peso ni tampoco ponen en práctica lo que dicen creer”, señaló.
Los empresarios que dicen ser cristianos y pagan salarios miserables a sus empleados también son hipócritas, señaló. Dijo que es deber del católico es comprometerse con la justicia social.
En un momento dado, criticó el proyecto de ley de salud sexual, reproductiva y materno-perinatal presentado por el senador Carlos Filizzola en 2004.
Aseguró que esta propuesta busca legalizar el aborto. “Dios nos da la vida, no tenemos derecho sobre la vida de nadie, ni los padres. Nos hizo diferentes a cada uno, somos suyos”, expresó.
En este sentido, instó a aquellos políticos que dicen ser católicos a que ocupen los espacios de decisión que les corresponde.
“Nos domina una actitud dirigida por el materialismo, los intereses egoístas y la concepción del hombre contraria a la visión cristiana”, señaló.
Finalmente, recordó el rol de la familia como la “primera escuela” donde deben inculcarse los valores y la fe católica. “Somos débiles, nuestra familia está desorientada y no cumple con su compromiso, no actúa con amor”, lamentó.