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Fernando fue internado en enero de este año en el Hospital de Villarrica por una neumonía. Sólo tres meses después, en abril, los médicos del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu le diagnosticaron miocardiopatía dilatada en fase terminal.
Desde ese día, Fernando, que hoy cumple un año más, espera un nuevo corazón. Eso es lo único que pide en este día, porque a pesar de que no está internado -pues su tratamiento es ambulatorio-, le pesa el hecho de no poder jugar al fútbol los fines de semana, ya que con solo caminar está cansado, según indica un comunicado de Salud Pública.
"Estoy tranquilo, tengo esperanza y mis amigos no quieren que me preocupe", contó Fernando a ABC Color, al tiempo que resaltó que toda su familia está reunida con él en su cumpleaños, que en esta ocasión se festeja en medio de una batalla por la vida, una batalla que no solo depende de él, sino de la solidaridad de las personas que puedan donar un órgano.
La doctora Soledad Núñez refirió días atrás a este mismo medio que el motivo principal por el que no se realizan los trasplantes es por la incompatibilidad de los donantes con los pacientes.
Mientras tanto, Fernando no se rinde, sigue asistiendo al colegio Ybytyruzu, en el barrio Tacuarita de Mbocayaty, Guairá.
La madre de Fernando espera optimista que llegue el día de la cirugía, detalla el Ministerio en un comunicado.
Al igual que Fernando, cuyo grupo sanguíneo es A positivo, hay otros dos niños que esperan un trasplante: Bárbara Quintana, de 2 años, y Thiago Roa, de 6, ambos del grupo sanguíneo O positivo.
Asimismo, hay otros pacientes que también están con miocarditis y miocardiopatia, pero los casos críticos son los de Fernando, Bárbara y Thiago.