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Es lo que afirma el último estudio de la Fundación Getulio Vargas (FGV) de Brasil en asociación con el Instituto de Estudios Económicos de la Universidad de Múnich, dado a conocer este mes. En este análisis se estudia trimestralmente el llamado Índice de Clima Económico (ICE). En América Latina, este índice cayó desde 90 puntos en abril hasta 84 puntos en julio.
Sin embargo, diferente a la mayoría y especialmente a sus vecinos, Paraguay se ubica entre los mejores de la región manteniendo unos 105 puntos dentro de esta medición, mientras que en Argentina se registraron solo 57 puntos y en Brasil, 55. Otro país cuyo retroceso fue destacado en este estudio fue Ecuador, que de 100 puntos cayó a 73.
El país con mejor “ambiente de negocios” de acuerdo a este análisis es Colombia (131), dejando en segundo lugar a Bolivia (113). En ambos casos, a pesar de ubicarse en el principio de la lista, se sufrió una caída en comparación con el trimestre anterior.
De los 11 países analizados, el ambiente de negocios tan sólo mejoró en México, en donde pasó de 98 puntos en abril a 102 puntos en julio, en tanto que se mantuvo estable en Venezuela, en donde desde julio de 2013 se mantiene en 20 puntos, el nivel más bajo para toda la región, publica EFE.
La lista, luego de Colombia y Bolivia, se completa con:
- Perú (112)
- Paraguay (105)
- Uruguay (104)
- México (102)
- Chile (89)
- Ecuador (73)
- Argentina (57)
- Brasil (55)
- Venezuela (20)
Los analistas de la FGV explicaron que el empeoramiento del ambiente para los negocios en América Latina no puede ser atribuido a la situación internacional, ya que el índice de clima económico a nivel global avanzó un 3% entre abril y julio gracias a las mejores evaluaciones de la situación en Estados Unidos y Asia.
“El empeoramiento del índice en América Latina fue provocado por problemas domésticos, asegura el estudio. En el caso de Argentina la reducción del ambiente para los negocios fue atribuido a la crisis económica del país y a la “incertidumbre provocada por la renegociación de la deuda con los llamados fondos buitre”, mientras que en Brasil al “empeoramiento de las expectativas de la situación económica en general”.