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Agresores de estudiantes en brutal bautismo de Veterinaria de la UNA de Caazapá ya fueron imputados por los delitos de lesión grave y coacción grave. La determinación fue tomada por el fiscal del caso Marcelo Ramírez y afecta a cuatro estudiantes, quienes tienen orden de captura ordenado por el fiscal del caso.
Según información brindada por la Fiscalía General del Estado en su página oficial los imputados son Karla Analisse Villalba Romero, Ángel Dionisio Peralta, María Alejandra Arzamendia López y Johana Ailen Almirón Duarte.
Los delitos por los cuales fueron imputados los mencionados estudiantes son lesión grave (hasta 10 años de pena) y coacción grave (3 años).
El fiscal Marcelo Ramírez tomó intervención en el caso por el sistema de asignación de causas (de forma aleatoria), puesto que no estaba de turno porque inicialmente el parte policial habría ingresado como lesión el 30 de mayo de 2019, en sede de la Oficina de Denuncias Penales de la Fiscalía de Caazapá.
El hecho ocurrió el 29 de mayo último, en horas de la tarde, en la Compañía “20 de Julio” del distrito de Caazapá, donde está ubicada la sede de la Facultad de Veterinaria.
Los antecedentes de la carpeta abierta de investigación penal indican que las diligencias fiscales realizadas iniciaron a partir del “bautismo de bichos”, como denominan los estudiantes al recibimiento que organizan alumnos de cursos superiores de la carrera de Veterinaria a los recién ingresados a la institución de estudios terciarios.
La información inicial obtenida fue que dicho evento estuvo organizado por alumnos del segundo curso y los supuestos responsables individualizados posteriormente, quienes tuvieron activa participación en los hechos de coacción y maltrato físico hacia las víctimas.
Los presuntos agresores e imputados habrían tomado por asalto el aula del primer curso a las 15:00, y trasladaron a la fuerza a las víctimas con una soga por el cuerpo, junto con sus demás compañeros, y los habrían llevado de esa forma hasta fuera de la institución.
Allí los esperaba un camión de tipo transganado, el cual los transportaría hasta la compañía Solalinde, lugar donde estaba preparado el “festejo”.
Antes de llegar al camión, los sindicados empezaron a cortar los cabellos de los afectados con tijeras y máquinas de afeitar, propinándoles golpes de puño, en todo momento.
En el camión les seguían cortando los cabellos, partes de sus ropas y continuaban los golpes y agresiones físicas. Además dieron de tomar a las víctimas un líquido con un embudo hasta llegar a la compañía Solalinde, del distrito de Maciel, departamento de Caazapá.
Al costado de la ruta en el lugar citado, los agresores tenían grandes fosas abiertas llenas de aceite negro, bostas de animales, entre otros desperdicios, que serían parte de un circuito preparado, por el cual debían pasar los alumnos para ser bautizados.
Asimismo, se realizó un cordón humano por el que debían de transitar obligatoriamente, a fin de recibir todo tipo de golpes y agresiones, para luego ir pasando a las otras pruebas preparadas.
Los supuestos autores del hecho están con orden de detención fiscal.
El fiscal Ramírez explicó que está investigando otros delitos como ser coacción sexual y que necesita primero identificar a las víctimas para luego tratar de determinar a los autores. Puede haber más imputados en este caso.
El director de la institución, Pastor Brizuela, igualmente es cuestionado debido a que no hizo nada para impedir el brutal bautismo donde los alumnos del primer año fueron golpeados, torturados, humillados y fueron obligados a tomar una bebida mezclada con orines de varios meses atrás.
Las mujeres fueron tocadas en su parte íntima y otros vejámenes. La profesora Maura Dávalos no movió un dedo para impedir el atropello a la institución; es más, según denuncia, inclusive colaboró con los agresores al amenazar a los estudiantes si no participaban del vandálico bautismo.