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El prelado indicó que aquellos cristianos que no alimentan y viven la fe a plenitud no tienen horizonte y viven como un ciego en la oscuridad. Instó a despojarse de los vicios que destruyen y atentan contra la ley de Dios.
Pidió, además, ser más humildes, ayudar a los más necesitados y no querer ser más que los demás solo por tener una mejor condición económica.
“Muchos porque tienen un poco de dinero ya se creen todopoderosos y creen que ya pueden vivir sin Dios, porque piensan que están por encima de los demás, y están equivocados. Debemos ser más humildes y desechar la soberbia que nos divide”, expresó el obispo.
Dijo que, debido a que no se vive la fe, existe mucha violencia en las callas, en las familias y en la sociedad. Manifestó que se debe recuperar el respeto a los demás, el sentido de la oración y la fraternidad en los hogares.
“Hoy vemos mucha violencia, robos y hasta asesinatos. Eso es porque no cumplimos el verdadero sentido de la fe, que es el amor a Dios y nos dejamos llevar por la soberbia, el odio, el egoísmo y estos solo generan violencia e inseguridad”, resaltó.
Indicó que el pecado de este siglo son la soberbia y el dinero, porque se quiere vivir sin la ayuda de Dios. Pidió fortalecer la fe para enfrentar a estos males que atentan contra el creador.
Antes de la celebración eucarística, se realizó la tradicional procesión de la imagen del protector de la zona, por las calles del microcentro. La actividad contó con una multitudinaria concurrencia.