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La habitualmente tranquila comunidad de Santa Rita fue sacudida el pasado miércoles por un violento hecho de asalto con toma de rehenes. Ivaldino Antonio Vivián, una de las víctimas, contó los detalles de las más de ocho horas de terror que le tocó vivir junto a miembros de su familia y colaboradores. Estuvo maniatado en compañía de su esposa y una empleada doméstica. Brindó detalles al diario Vaguardia.
“Me levanté como todos los días, era poco más de las cinco, a las siete y media salí con destino a mi chacra que está a unos 30 kilómetros, cuando faltaban diez kilómetros para llegar los asaltantes me abordaron y ahí comenzó todo, fue un día muy difícil”, relató. Dijo que fue interceptado por cuatro hombres que portaban armas largas y cortas, tres subieron con él en su camioneta y uno los siguió en un auto Toyota Corolla.
“Me dijeron que sólo querían la camioneta y nada más, sabían mi nombre y que tenía otra camioneta, por lo que regresamos a mi casa. Nos ataron a todos y ya cuando iban a salir se encontraron con la Policía, no sé quién les avisó” contó. “Cuando dos de ellos cayeron abatidos, regresaron al interior de la casa, en medio del tiroteo, desataron a mi esposa y a la empleada, pero a mí me tuvieron maniatado por casi nueve horas”, agregó. No obstante, a pesar de temer perder su vida si la policía decidía entrar, Ivaldino dijo que los asaltantes en todo momento les trataron bien.
“Les ofrecimos agua, comida y dijeron que sólo querían salir bien. Revisaron toda la casa, les abrí mi cofre, pero sólo tenía documentos porque no tenemos dinero. Vamos a salir en un rato y ustedes se van a quedar acá tranquilos nos decían, pero luego pasaron varias horas porque querían salir vivos y tenían miedo”, indica el hombre.
Vivián reside desde hace 40 años con su familia en Paraguay y señaló que es la primera vez que son víctimas de un asalto, desde que llegó al país. Relató que durante todo el tiempo de cautiverio temía por su vida y la de su familia; si la Policía entraba todo iba terminar de la peor manera.
William Vivián, uno de los hijos de las víctimas, quien participó de las primeras negociaciones con los malvivientes, dijo que los asaltantes se mostraron muy agresivos. “Eran muy violentos verbalmente. Me dijeron que si la Policía entraba iban a matar uno a uno a mis padres y que nos iban a tirar sus cuerpos. A los demás les decían que sólo querían salir, pero a nosotros que estábamos en la sala de negociaciones nos decían otra cosa, porque en verdad querían escapar utilizando a mis padres”, indica uno de los hijos de la familia.
William también se mostró sorprendido por la actitud de los delincuentes, quienes por un lado proferían amenazas y por otro lado demostraban un buen trato con sus rehenes, al punto de que uno de ellos se puso a rezar con la señora Alice. “Dentro de todo, uno era muy bueno, según dijeron y hasta rezó con mi mamá”, señaló. En efecto, uno de los asaltantes que participó del intento de robo con toma de rehén reconoció ayer que rezó con unas de sus víctimas para que todo salga bien. Se trata de Ozielo Rizzo de Sa, quien afirma que siempre ora antes de los asaltos para que nada le pase a su grupo y ni a las víctimas.
Los brasileños Ozielo Rizzo de Sa y Carlos Henriquez Silva Candido Tavares eran los que participaron y matuvieron de rehenes a la pareja integrada por Ivaldino Antonio Vivián , de 61 años, Alice Vivián, de 56, y la empleada de la casa Ana Paula Silva, de 23 años. Estuvieron por más de ocho horas en poder de los asaltantes, hasta que tras largas negociaciones, éstos decidieron liberarlos y entregarse a la Policía.
Durante el atraco, dos malvivientes que participaron del asalto murieron al recibir disparos de la Policía. Ellos son: Aguinaldo Goncalves, de 39 años, y Carlos Tiago Lemes, de 33 años. En el transcurso de las negociaciones, los asaltantes hablaron por radioemisoras locales y del Brasil, y se transmitió en vivo por varios medios de comunicación.
El 4 de noviembre último, la Policía paraguaya había alertado de la presencia en nuestro país de siete ciudadanos brasileños que escaparon de la cárcel de Foz de Yguazú, el 13 de octubre pasado; y en la oportunidad alertaron sobre la extrema peligrosidad de los mismos, ya que planearían perpetrar asaltos en Alto Paraná, Caaguazú o Guairá.