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El Museo de Zoología de la Facultad de Ciencias Agrarias alberga al menos 2.000 animales disecados, algunos de especies incluso ya extintas. La falta de recursos para su cuidado pone en peligro décadas de investigación y trabajo taxidermista.
El científico sueco Francisco Schade dedicó décadas de su vida a la tarxidermia y a la clasificación de aproximadamente 2.000 especies para su análisis e investigación. Esta verdadera reliquia faunística se encuentra albergada en el Museo de Zoología, que hoy lleva su nombre. La Facultad de Ciencias Agrarias creó el espacio en el año 1958 y ya cumplió 60 años.
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“Tiene un valor excepcional porque conforme al tiempo que estamos viviendo, con la depredación de los bosques, realmente dentro de poco, si seguimos a este paso, depredando los bosques, las únicas muestras que van a quedar son las que están en el museo”, manifestó al respecto la museóloga Alejandra Peña Gill, en contacto con ABC Digital.
Recientemente, Peña Gill visitó dicho museo y fue testigo del evidente abandono en el que se encuentra. “La colección está en un galpón, en las peores condiciones. Está casi tirada. Se mantiene gracias a un prócer que hay ahí. Le nombré 'el héroe del museo' (…) Pero no posee materiales, no posee recursos, no posee absolutamente nada. Está ahí abandonado”, puntualizó.
Además, aseguró que no se tienen en cuenta cuestiones básicas como la humedad, la temperatura necesaria para conservar las especies y mucho menos la conservación. Los ejemplares están en estantes sin vitrinas, todos encimados en un espacio reducido. “Tenemos que agradecer todavía que estén ahí. Subsisten por inercia”, destacó Peña Gill, debido a que con el estado en que se encuentran pronto se van a deteriorar.
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El encargado de mantener con vida este museo es Alcides Morínigo, quien desde 1989 está al mando del lugar y trabaja prácticamente solo para proteger y conservar cada especie embalsamada.
Confirmó que ya ha solucionado varios problemas él solo ante la falta de recursos, como goteras en el techo o una desatención ocurrida durante sus vacaciones que derivó en un aluvión de polvo en todo el museo a raíz de unas obras en la zona.
Entre las principales necesidades, destacó que se encuentran las vitrinas y un aire acondicionado, ya que actualmente la temperatura no es para nada beneficiosa para muchas especies cuyas pieles son muy delicadas.
Alcides destacó además la ayuda que recibe por parte de un grupo de estudiantes de dicha facultad, quienes no dudaron en cooperar para las limpiezas, por ejemplo, cuando hubo obras y todas las colecciones quedaron sucias.
El decano de la Facultad de Ciencias Agrarias, Luis Maldonado, confirmó también que la infraestructura del museo necesita modificaciones, empezando por el propio acondicionamiento. “Se debe a la falta de presupuesto. El museo es solventado con los ingresos institucionales, necesita de un presupuesto aparte”, argumentó.
Señaló que es dependiente del área de biología de la Carrera de Ingeniería Agronómica y actualmente se encuentran trabajando en un proyecto que incluye la asignación de docentes técnicos que trabajen en el museo y también se prevé la búsqueda de nuevos fondos.
“Este es el único museo universitario que está en condiciones. En todo el país no existe otro museo con esta calidad. Lastimosamente no tenemos lo recursos para ponerles vitrinas, aires acondicionados pero la riqueza del museo es única”, destacó.
Finalmente, expresó que la sala-colección, desde el punto de vista científico, tiene un altísimo valor. “Por eso no queremos pasarlo a otra institución sino que estamos peleando por los recursos para que se pueda brindar mejor atención”, concluyó.