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G. 9.475.839.329 fue el monto que entregó el Ministerio de Salud a un total de 66 personas que se acogieron al retiro voluntario el año pasado, un programa mediante el cual en teoría se busca descongestionar la carga que representa para el Estado mantener a tantos funcionarios que muchas veces son totalmente prescindibles pero no pueden ser desvinculados por la estabilidad laboral.
La lista de beneficiados fue oficializada mediante la Resolución N° 7.555, firmada por el ministro Antonio Barrios el pasado 30 de diciembre, cual “regalo de fin de año” para muchos avivados que se incluyeron en la nómina, según una denuncia acercada a ABC Color.
Según la misma fuente, el retiro voluntario en teoría debía ir dirigido a personas con problemas de salud graves, que les imposibiliten continuar en sus puestos o incluso pongan en peligro sus vidas. La realidad es que el programa se desvirtuó y varios no tan enfermos decidieron pedir su retiro más enfocados en la posibilidad de obtener una importante suma del Estado.
Los “privilegiados” fueron incluidos en la nómina valiéndose de su cercanía al mismo ministro de Salud y otras altas autoridades de la cartera, de acuerdo a la denuncia acercada, en la cual igualmente se señala que mientras se cometía esta irregularidad, otros funcionarios, con verdaderas enfermedades crónicas, fueron dejados de lado.
Uno de los 66 beneficiados con el retiro voluntario fue Julián Sigifredo Marecos Serna, director general de Auditoría Interna, quien con sus 48 años de edad se retiró de la cartera de Estado llevándose la “módica” suma de G. 466.919.048. Otro de los “bendecidos” fue el doctor Carlos María Romero Arce, quien prestaba servicios en la Dirección General de Desarrollo de Servicios de Salud; el profesional salió de la institución con 61 años de edad, curiosamente a pocos años de jubilarse, tras cobrar un total de G. 561.115.800.
Solo entre estos dos ya ahora exfuncionarios, el monto desembolsado a favor de ellos llega a los G. 1.028.034.848, de acuerdo a la resolución emitida por la Dirección de Recursos Humanos de la cartera de Estado.
El doctor César Pimienta, director de Recursos Humanos del Ministerio de Salud, confirmó que efectivamente se otorgó el retiro voluntario a 66 personas y garantizó que absolutamente todos tienen algún problema de salud que les imposibilita seguir en los cargos.
Para dar “fiabilidad” al proceso, aseguró que todas las carpetas de todos los postulantes fueron sometidas a estudios inicialmente por un comité de selección y luego por una junta médica, conformada por cinco profesionales, entre ellas un oncólogo, un cardiólogo y un reumatólogo.
Aclaró que usualmente el único requisito para acogerse al retiro voluntario es tener dos años de antigüedad en la institución y solicitar directamente el beneficio. Al ser abordado sobre la necesidad de que cuenten con algún problema de salud, indicó que fue una condición agregada recientemente. “El ministerio decidió priorizar a aquellas personas con problemas de salud”, manifestó en contacto con ABC Color.
Pimienta comentó que los postulantes para retirarse con los millones del ministerio fueron 460, de los cuales los que finalmente tenían problemas de salud eran apenas 160. De esta última cifra, finalmente fueron 66 los “afortunados” incluidos en la lista. Insistió en que el comité de selección decidió priorizar a gente que ya no podía cumplir con sus funciones regularmente debido a sus problemas de salud, “llámese cáncer, leucemia, artrosis”.“En Salud se decidió que se va a priorizar a los enfermos que ya tienen más de 90 días de permiso, que tienen enfermedades peligrosas, discapacitantes o son recién operados”, refirió.
Al ser abordado sobre el caso de Julián Sigifredo Marecos Serna y Carlos María Romero Arce, quienes se llevan entre ambos poco más de G. 1.000 millones, aseguró que hay diagnósticos que determinan que están enfermos. Al ser insistido sobre la situación de Marecos, señaló que se trata de un paciente recién operado del corazón y que está quedando ciego por las múltiples enfermedades que sufre. “A pesar de que aparenta estar sano, tiene enfermedades graves”, señaló.
Sobre Romero, indicó que “es un paciente con problemas cardíacos y tiene fibrilación ventricular”. Finalmente, aseguró que “es un potencial candidato a muerte súbita y estaba siendo sometido a un estrés acá, por lo que recomendamos que se retire”. Con respecto a las denuncias de que se estaría incluyendo a personas que en realidad no reúnen los requisitos, insistió en que “todo se hizo de acuerdo a la ley”. “Todos tienen algún justificativo médico de peso para que se les haya concedido el retiro voluntario”, reafirmó.
Consideró que las versiones sobre “recomendados” insertados en la nómina parte de “la gente no analiza el fondo de la cuestión, como sí lo hizo la junta médica”. “Dicen que uno está sano, que no cumple los requisitos pero puede tener muchísimas enfermedades peligrosas”, afirmó. Negó tajantemente que haya algún negociado de por medio e insistió en que aunque las apariencias puedan demostrar lo contrario, todos los integrantes de la nómina sufren algún mal. “Es igual que le vean a una señora sentada tranquilamente detrás de un escritorio, pero ella tiene una leucemia con tratamiento, por ejemplo”, insistió.
Al ser insistido sobre la versión de que hay personas con fuertes vínculos con autoridades que ingresaron a la lista, señaló que “justamente por ser mano derecha ahora no sabemos cómo reemplazarlos”. “Son gente muy valiosa por su conocimiento y experiencia, pero como le dije al ministro: 'Es peor tenerle acá al borde de cualquier enfermedad'”, maniestó.
El jefe de Recursos Humanos reconoció que entre los 460 postulantes para el retiro voluntarios se presentaron varios avivados, que solo buscaban dinero fácil y sacarse preocupaciones laborales de encima. “Hubo mucha gente que por el solo hecho de no querer más trabajar solicitó el retiro voluntario, pero el dinero disponible no alcanzó para todos”, refirió.
Insistió en que en base a la disponibilidad de fondos en el Presupuesto 2014 se pudo otorgar el beneficio a 66 personas y priorizando los problemas de salud crónicos. “Hubo mucha gente que se inscribió por no querer trabajar más, por estar cansado o querer dedicarse a otra cosa”, insistió.