Cargando...
Pese a la inclemencia del tiempo miles de devotos de la Virgen de los Remedios llegaron hasta la capilla erigida en su nombre en la humilde compañía Naranjaisy de la ciudad de Villeta.
La interminable caravana, que se inició el viernes a la noche, la integraban niños, adolescentes, jóvenes, adultos y hasta familias enteras llegaban hasta la madre de Dios para agradecer por los favores recibidos y en especial por la salud.
La peregrinación a pie hasta la capilla de la compañía Naranjaisy es toda una tradición y data desde los años 1900 y cada vez crece más y más el número de gente que llega hasta este lugar para pedir la bendición a la madre de Jesús.
Varios son los pedidos que realizan los fieles, pero el más común es la salud, por su condición de Virgen de los Remedios. También los estudiantes llegan en gran número para pedir la gracia de María Santísima.
Don Víctor Manuel González y su esposa Del Pilar, llegaron ayer junto a la virgen desde la ciudad de Ñemby y lo hacen desde hace 35 años consecutivos y está vez estuvieron acompañados del nieto Gerardo Isaac González.
“Este rito de venir junto a la Virgen lo hacemos desde chicos y lo vamos a hacer hasta que Dios nos diga basta, porque tenemos mucho que agradecer a nuestra madre santísima y nuestro pedido es siempre es por la salud y el trabajo”, expresó don Víctor.
Comentó que su esposa, quien ayer cumplió un año más de vida, el número 58, lo festeja siempre primero con la madre de Dios y luego con la familia e indicaron que reciben en abundancia la gracia de la Virgen.
Por su parte Albina Avalos, llegó junto al santuario de la virgen con su pequeña hija de cuatro años, procedente de la localidad de Villa Elisa por segundo año consecutivo, y aseguró que lo hará siempre que pueda y goce de buena salud.
Durante la entrevistada dijo que llega junto a la virgen para pedir por su salud y la de toda su familia e instó a la gente a rezar y salir de este mundo de violencia que nos afecta y que cada vez con mayor intensidad.
La pequeña imagen que se venera en el lugar se había encontrado en un tacuaral por un poblador, allá por los 1900 y la misma estaba envuelta en un manto y por más de 20 años estuvo en la casa Leónida y Gerónimo Olmedo.
Debido a que la milagrosa imagen atraía cada año a más fieles y la casa ya resultaba pequeña e inadecuada para rendir culto a la madre de Dios, se decidió levantar una capilla al costado del terreno de la mencionada familia, para que la virgen tenga su propio sitio de oración.
Según los organizadores hoy día llegan al lugar unos 50 mil fieles y que cada año de devoción y admiración crece más y más