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“Me acerqué con la idea de que la Policía me reconozca, para negociar. Me acerqué con miedo, porque a un joven ya le habían disparado cerca del ojo. Pero por más que tenga miedo, uno tiene que hacer lo correcto. Me fui para tratar de mediar, pero, lastimosamente …”, señaló el diputado Édgar Acosta Alcaraz, relatando lo ocurrido el 31 de marzo de 2017, cuando el suboficial Joel Benito Sanabria le disparó en la boca durante las manifestaciones contra la enmienda.
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Ayer, el Tribunal de Sentencia condenó por este hecho al agente policial a 12 años de pena privativa de libertad. A raíz de esta herida, el legislador ya tuvo 11 intervenciones quirúrgicas y le quedan otras más.
En otro momento, Acosta señaló que no reconoció al agresor.
“Imposible que yo le reconozca a la persona que me disparó. Estaban con escudos, tenían cascos. Es imposible, me acerco y ahí ya recibo el disparo. No le reconocí y no le podía haber reconocido”, señaló en diálogo con ABC Cardinal. Sanabria fue identificado gracias a videos y fotografías captadas en el lugar.
Lamentó que la ciudadanía se ensañe con él, sobre todo en redes sociales, como si fuera que fue el responsable. “Yo entiendo que soy político y a todos nos meten en la misma bolsa, pero es bueno que sepa la audiencia que no presenté ninguna querella, no inicié juicio aparte contra el policía para pedir más condena, no contraté abogado, todo fue trabajo de la Fiscalía y también del Tribunal”, puntualizó.
Reconoció sentirse afectado por la dura condena que le impusieron al suboficial. “Te soy honesto: a mí me afecta mucho la cantidad de años (...) Un joven (...) Y me pongo en el lugar de los familiares. Realmente ha de ser difícil”. A renglón seguido agregó: “Que el eslabón más bajo de la cadena tenga que ser condenado. Ese día, los policías estaban muy nerviosos y evidentemente habrán recibido una orden. No digo que él no tenga que pagar como responsable, porque hay protocolos que debió cumplir y no lo hizo como disparar de cerca, y tiene que caer la justicia con relación al acto personal. Pero todo empieza y termina en el oficial”, sostuvo.
También se refirió a la celeridad con que el Ministerio actuó en su caso. Aseguró que no hubo ningún tipo de injerencia de su parte. “En el caso de Rodrigo, es evidente la inoperancia desde el punto de vista fiscal, porque ningún policía en cuadro vertical se va a animar a entrar en un recinto privado. Es realmente lamentable”, señaló.