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No se le conocen familiares ni allegados. La soledad de sus días está bañada solo por el alcohol, que puso su vida en un nido de harapos. Su nombre es Tomás Ferreira, tiene al menos 45 años, y hace 25 años que está radicado en el barrio asunceno de Trinidad.
Hace tiempo ya que pasa sus días tirado en la calle, inmerso en sus problemas de alcohol. Uno de los vecinos le había cobijado en un espacio de su casa; sin embargo, decidió retirarlo porque era agresivo. Le dio un colchón, que lo acompañó en rincones oscuros de la zona.
En los últimos tiempos, decidió ocupar un marginal espacio de una casa abandonada: un viejo excusado, ocupado solo por mosquitos, hormigas, ratones y cucarachas. "En estos últimos tiempos no se limpiaba más (...). En ese ínterin, este jueves vino el dueño de la casa y le echó", cuenta Juan Guillermo Escobar, uno de los vecinos de Trinidad.
Con ayuda de los vecinos, el señor Ferreira fue trasladado hasta la plaza Niños del Barrio, ubicada sobre Carlos Alberto Gómez y Vía Férrea, frente a la vivienda de la cual fue desalojado. Entre el agua del suelo y su viejo colchón, el hombre vuelve a vivir en la cruda y fría calle de Asunción.
"Lo que nosotros queremos es que nos ayudan a ver y canalizar el caso donde corresponda", señala Escobar. "El caso está en la carpeta fiscal 2.285, de la Fiscalía Barrial Nº 7 (...). Llamamos a la Comisaría 12 para que ellos tomen medidas; hasta ahora se hicieron de los 'ñembotavy', y la carpeta fiscal original sigue en la 12", manifiesta el vecino, indignado.
Una vez más, la incompetencia fiscal y policial se manifiesta en la ciudad, mientras el humilde ciudadano ve pasar sus días entre restos de alcohol, el suelo húmedo, un par de frazadas y su viejo colchón.