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La hermana Regina Sian (86) fue homenajeada esta mañana en la Cámara de Senadores por su ardua labor en pos de los adolescentes y jóvenes víctimas de adicciones. “Es un trabajo comunitario, del pueblo paraguayo, que hace un día, hace muchos años, recibió a una monjita nueva desconocida que vino con algo nuevo: diciendo que el alcoholismo y las drogas son una enfermedad, y este pueblo creyó en el mensaje que trajo esta desconocida monjita”, relató entre risas.
Destacó que este es un homenaje a todos los recuperados de la adicción y expresó que con esto espera que muchos más acudan a buscar una salida a sus problemas en los grupos de autoayuda y los exhortó a no tener vergüenza para buscar ayuda. Asimismo, pidió encarecidamente a los parlamentarios la creación de una ley para abrir centros de rehabilitación en todo el país y sobre todo en las cárceles, porque ahí es donde más corre la droga. “Los chicos se matan, los chicos mueren por conseguir esta droga”, lamentó.
La hermana Regina ya lleva tres años sufriendo parálisis y esta mañana comentó que está recaudando dinero para una operación a la que debe someterse y cuyo costo es muy elevado. “Espero que me compren los libros porque necesito”, solicitó la activista a todos los parlamentarios presentes.
“Yo soy Mario, enfermo adicto en recuperación. Tengo 15 años, 11 meses y 15 días sin consumir ningún tipo de droga. Solamente por la gracia del Señor”, relató Mario Ferreiro sobre su propia experiencia con la hermana Regina. Señaló que brinda este testimonio porque ese es el resultado del trabajo de la religiosa: recuperar a todas las personas necesitadas, sin importar condiciones sociales.
“Nos ha salvado la vida con un programa de amor, donde reconocemos que las adicciones son una enfermedad crónica, progresiva y mortal que se puede detener por 24 horas. Con ese sistema funcionan decenas de grupos en todo el país”, afirmó. Este programa está siendo implementado en todo el país.
“Nos enseñó el camino de la salvación, no solamente a los que alguna vez tuvieron problemas, sino también a las familias. La adicción es una enfermedad terrible que si se sigue desarrollando en la persona conduce solo a tres lugares: las cárceles, los hospitales y los cementerios”, advirtió.
Ferreiro también exhortó a todos los afectados por diversas adicciones a que acudan a consultar a los centros de rehabilitación y soliciten ayuda antes de que sea demasiado tarde. "Es una enfermedad que no discrimina”, advirtió.