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Las lesiones siguen siendo una historia repetida pese a las advertencias y prohibiciones, incluso de la Dirección Nacional de Material Bélico (Dimabel). De esta manera, se habla de 18 víctimas por año.
Tanto el médico como las autoridades de control de la Dimabel coinciden en un mensaje: los padres son responsables por los posibles daños a las principales víctimas, que son los niños. “Papá, mamá: usted al comprarle un artefacto pirotécnico, está eligiendo el daño. No existe un artefacto pirotécnico que esté exento de producir una lesión”, mencionó Marín, que junto con el doctor Bruno Balmelli, este último desde el Hospital del Quemado, atienden todos los fines de año estos tipos de casos.
“Especialmente, la recomendación va para los padres. Ellos son los responsables de los hijos. A veces, nosotros padres frente a ellos cometemos imprudencias”, indicó por su parte el coronel Enrique Caballero, director de la Dimabel, a la vez de recomendar a los padres conocer y respetar las categorías de explosivos.
Marín remarcó que incluso una “estrellita” puede producir una quemadura que reste sensibilidad al dedo. También existen dos tipos de pirotecnia con daños distintos. “Los que están fabricados con pólvora blanca son los artificios, no explotan, no producen ruido, son de colores; por ejemplo, las estrellitas, lágrimas, etc.; eso no producen traumatismo, solo producen quemadura”.
“Otro tipo son las bombas de estruendo, que producen explosiones, hechas con pólvora negra. Estos artefactos pirotécnicos son muy peligrosos. Un gramo de pólvora equivale aproximadamente a 35-36 kg de fuerza. Un 12x1 equivale a dos o tres heladeras que se te caigan encima”, agregó.
“¿Qué lesiones producen? Un mbokavícho, por ejemplo, causa una quemadura más lesión celular; un 3x1, una quemadura, y te puede sacar hasta el tejido celular subcutáneo, como una herida grande, y un 12x1 te puede amputar, puede cortar el dedo”, advirtió el profesional. “Si ves las estadísticas, verás personas que hasta han fallecido por quemaduras. Si mal no recuerdo, hace tres años falleció una criatura”, agregó.
Este tipo de lesiones no solo genera una pérdida irreparable para la persona afectada, sino también implica una erogación bastante importante para el Estado, ua que requiere cuando menos cuatro cirugías, dependiendo de la complejidad de la lesión.
“En costo nomás, lo que representa una cirugía en el Hospital del Trauma o el de Quemado, restaurar una mano, estaría entre los 5.000 y 7.000 dólares para que funcione nuevamente la mano. Eso es lo que gasta el Estado para esa persona”, afirmó.
Caballero, director de la Dimabel, encargado de los controles a vendedores en puntos críticos como el Mercado 4, indicó que ahora ya están en etapa represiva, más que de concienciación con los comerciantes.
“Con la gente de la Municipalidad de Asunción, estuvimos en el Mercado 4. En ciertos lugares, ellos tienen un sitio donde se les habilitó para su venta. Ellos tienen un lugar donde pueden vender y donde guardar. Ayer estuvimos allí y les dimos ciertas recomendaciones que deben cumplir en 48 horas”, dijo, y agregó que quienes sigan en falta tras ese plazo se exponen al decomiso de las mercaderías.
La mayoría de las bombas vienen de China, Brasil, Chile, y algunas se fabrican en Luque. En nuestro país exiten apenas cinco importadoras habilitadas oficialmente por la Dimabel.