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El presidente de la junta, Marcial Ramírez (ANR), dijo que el aplazamiento “sine díe fue aprobado en forma unánime y coincide con la recomendación de la Comisión de Planificación y Legislación. “Para nosotros, es la solución más saludable”, afirmó Ramírez, dejando en claro que la ampliación del casco urbano algún día tiene que darse y el proyecto en sí es una herramienta válida, con un trabajo hecho que cuenta con una resolución de aprobación del Servicio Nacional de Catastro (SNC) y que puede ser retomado en cualquier momento por el próximo intendente o junta municipal.
Ayer participaron nuevamente varios productores de la sesión ordinaria de la junta municipal, con carteles que rezaban: "No a la ampliación". El proyecto prevé la ampliación del casco urbano por 3.306 hectáreas, es decir, de 1.034 ha a un total de 4.340 ha (300%), lo que incrementaría la recaudación por más de G. 5.000 millones en concepto de impuesto inmobiliario, de G. 2.000 millones a unos G. 7.000 millones en el futuro.
La propuesta fue rechazada por los vecinos afectados de las aldeas aledañas Bergfeld, Kleefeld, Reinland y Osterwick. En una protesta inusual para la comunidad menonita, productores se manifestaron con carteles el 4 de mayo frente y durante la sesión de la junta municipal y boicotearon los días 11 y 12 de mayo una convocatoria del intendente, para explicar el proyecto a cada aldea en forma separada.
Los vecinos señalaron que tienen terrenos de producción dentro del casco urbano ampliado, que no se les dio participación en la elaboración del borrador y exigieron una audiencia pública para todas las aldeas en forma conjunta. La reacción de los vecinos en este caso refleja una importante experiencia de control ciudadano, digna de ser imitada también en algunos otros distritos del Chaco Central.