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Las precipitaciones en ese distrito fueron muy copiosas y estuvieron acompañadas de fuertes vientos. Similares situaciones se vivieron en casi todo el territorio departamental. En Pilar, la motobomba principal del barrio 12 de octubre sufrió averías y el agua ingresó en unas 10 viviendas del sector.
La situación podría agravarse de registrarse nuevas precipitaciones. Para la capital departamental, en tiempos de crecida de los ríos, es fundamental el buen funcionamiento de los equipos de bombeo, ya que en estos casos las compuertas de los muros de contención son cerradas y el agua es lanzada al río por estas máquinas.
Las lluvias igualmente afectan los caminos de la zona y generan gran preocupación entre los labriegos del Ñeembucú, que ya vienen de perder la totalidad de sus cultivos por las continuas lluvias que coincidieron con el período agrícola anterior.