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En la tarde de este sábado hubo una ceremonia oficial y otra religiosa por la inaguración de las ampliaciones de La Nueva Olla, el estadio con mayor capacidad del país.
El encargado de hacerlo fue Monseñor Claudio Giménez, quien hace poco más de un mes dejó la diócesis de Caacupé, donde sirvió por muchos años. Ahora es el obispo emérito de esa localidad.
Giménez bendijo las nuevas obras hablando a través de un micrófono. En un determinado momento, empezó a agitarlo, confundiéndolo con agua bendita. Inmediatamente, uno de sus asistentes le alertó del hecho y le pasó el agua, con la que finalmente pudo llevar a cabo su bendición completa.
El hecho, pese a lo anecdótico, generó muchos comentarios, especialmente a través de las redes sociales.