Los nativos, que pertenecen al pueblo sanapaná, aseguraron en una rueda de prensa en Asunción que la protesta podría durar varios días y afectar a las principales carreteras del Chaco, especialmente a la altura del departamento de Presidente Hayes, limítrofe con la capital paraguaya.
“Dicen que el Papa viene a traer a Paraguay la paz y la tranquilidad. Pero nosotros no estaremos tranquilos hasta que el Estado paraguayo adquiera las tierras que nos pertenecen”, declaró Gerardo Larrosa, uno de los líderes de la comunidad.
El líder comunitario dijo también que, en la movilización, se espera la participación de “entre 3.000 y 5.000 personas”, en su mayoría indígenas de comunidades vecinas, algunos también para reclamar sus territorios ancestrales.
Las tierras de la comunidad Xákmok Kásek, ubicadas a unos 355 kilómetros de Asunción, ocupan una superficie total de 10.700 hectáreas y en 2008 una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) obligó al Estado paraguayo a restituirlas a los indígenas.
El Estado paraguayo llegó a un acuerdo de compra con uno de los propietarios de los terrenos, que posee la titularidad sobre 7.700 hectáreas del total de estas tierras, ocupadas por la explotación ganadera Estancia Salazar, del estadounidense Roberto Eaton.
Sin embargo, la demora en la compra de las tierras por parte del Estado crea el riesgo de que los ganaderos retiren su oferta de venta del terreno, lo que dificultaría el cumplimiento de la sentencia.
Para Larrosa, esta demora expone una “falta de voluntad política” para dar cumplimiento a la sentencia, que se evidencia con “el desinterés del vicepresidente de Paraguay, Juan Afara”, de reunirse con los indígenas y dar una respuesta sobre las acciones que realiza el Estado en este asunto.
Por su parte, el abogado Ireneo Téllez, de la asociación Tierraviva, que asesora a los indígenas en esta causa, recordó que el Estado paraguayo debe pagar una multa de 10.000 dólares mensuales por el retraso en el cumplimiento de la sentencia de la Corte IDH.
Otro de los líderes de Xákmok Kásek, Eulalio González, manifestó que la comunidad tomó en febrero la decisión de reocupar sus tierras ancestrales, y que no está dispuesta a retroceder.
“Decidimos no salir nunca más de nuestras tierras, pase lo que pase. Y si hay algún intento de desalojo, vamos a resistir”, enfatizó.
Además de la sentencia que afecta a la comunidad Xákmok Kásek, Paraguay tiene pendientes otras dos órdenes de la CorteIDH.
Una obliga desde 2005 a permitir el acceso libre a sus tierras a la comunidad indígena Yakye Axa, del grupo étnico énxet, y la otra a restituir sus tierras a la comunidad Sawhoyamaxa, del mismo grupo, pendiente desde 2006.