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La senadora Bajac, primeramente, dijo no identificar en su proyecto el artículo 3º, que indica “recomendar a la Dirección de Comunicaciones, Dirección de Relaciones Públicas, la realización de eventos y campañas de concienciación, con el objetivo de fortalecer los cimientos de la sociedad, que engrandezca a la Nación con los valores tradicionales de la familia”.
Finalmente, reconoció el artículo aprobado y, al ser consultada si eso también habilita al financiamiento con dinero del Estado de las campañas y eventos mencionados, dijo que podría ser, pero que el dinero iría a parar “no solo a las iglesias; hay otras instituciones y se tienen que formar”.
“Nos necesitamos los unos a los otros, no es un grupillo nomás”, remarcó, negando que en su condición de pastora “con permiso” se dirija solamente a iglesias evangélicas. “Quiero trabajar por todo y podemos aportar, ser parte de un cuerpo”, enfatizó la senadora.
Insistió en que hay “varias organizaciones creíbles que pueden formar parte de la fiscalización” del dinero a ser utilizado. La misma reiteró varias veces necesitar “gente que aporte, nosotros queremos reconstruir, el país está en las cenizas, está en en la ruina” y que “tenemos que volver al pasado, a los valores” y “salvar la familia. No es solo papá, mamá e hijitos; es el núcleo familiar, que es el único lugar de refugio”.
“En una parte de mi discurso yo dije: 'Increíblemente, la gente que lucha y quiere defender y proteger y sacar adelante a la familia es justamente la más herida en su propia familia'”, afirmó la legisladora, al ser consultada qué piensa con respecto a su padre, el exministro de la Corte Miguel Óscar Bajac, imputado por cohecho pasivo agravado (coima).
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“Nosotros tenemos que batallar todos los días con la ley de la herencia, nosotros venimos ya con ciertas tendencias porque está ya en la sangre, nosotros no podemos garantizar por nadie, vos no podés responsabilizarte por las acciones de tu papá, tu mamá, nadie”, justificó.
Al ser insistida en que al menos si habla de “valores” debería tomar una postura ante pecados como la corrupción de la que se acusa a su padre, la misma afirmó: “Yo puedo hablarle, puedo inducirle, influenciarle, pero no puedo tomar las decisiones por ellos, si pudiera ya sería Dios. Imposible que decidamos por otros. Ahora, ¿qué yo hago? Suplico para que las cosas cambien en mi familia, no es que oro solamente, suplico”.