“Vivimos hace ocho años juntos, pero nunca tuvimos nada oficializado. Tenemos casa juntos, coche, cuenta bancaria y podemos perder todo lo que hemos conquistado en esos ocho años” , afirma a Efe Wellington.
El matrimonio entre personas del mismo sexo en Brasil es permitido desde finales de 2011 gracias a una decisión de la Corte Suprema y, desde 2013, el Consejo Nacional de Justicia publicó una resolución que garantiza la celebración de las uniones homoafectivas.
No obstante, según explica la Presidenta de la Comisión de la Diversidad Sexual y Género de la Orden de Abogados de Brasil, Maria Berenice Dias, dicha resolución no tiene fuerza de ley, por lo que podría ser anulada en caso de que el Congreso Nacional así lo aprobase.
“La presuposición de la resolución es la ausencia de ley, por lo que cuando entra en vigor cualquier clase de norma, se cae la jurisprudencia”, aclara Dias, quien, dado el “cuadro de Brasil” recomendó públicamente que las parejas homoafectivas anticipasen sus matrimonios por “precaución” ante las medidas que podrían ser aprobadas por el Gobierno que empezará el 1 de enero.
Después de la recomendación de Dias, Marcelo y Wellington se casaron a las prisas y abdicaron de una “fiesta completa”.
“Ya pudimos ver el peso que la religión y las iglesias tendrán en el nuevo Gobierno” y “yo creo que la cosa puede quedar mucho peor después de la investidura” de Bolsonaro, comenta Wellington.
No obstante, la abogada Amanda Almozara ve una “connotación exagerada” por parte de la pareja, pues, explica, no sería “así tan simple” prohibir algo que es consecuencia de “una década entera en materia de reconocimiento de derechos”.
“Existe una absoluta inseguridad jurídica sobre el asunto”, pero “el reconocimiento del matrimonio homoafectivo ya es un hecho social”, afirma Almozara.
Más allá de la preocupación en el ámbito legal, muchas parejas temen también una escalada de la violencia contra este colectivo, que fue blanco de comentarios polémicos de Bolsonaro, líder de la emergente ultraderecha brasileña, como cuando dijo, en una entrevista de 2011, que prefería un hijo muerto “en un accidente” a uno gay.
En el país de Latinoamérica donde más se matan homosexuales, el año pasado, 445 personas fueron asesinadas o se suicidaron por homofobia en Brasil, una cada 19 horas, según el informe anual del Grupo Gay de Bahía.
“Mucha gente sigue muriendo por ser gay”, destaca Marcelo. “A partir del momento que una persona apoya un político homófobo, para mí esta persona piensa igual que él y está en contra de lo que soy, en contra de mi existencia”, sostiene.
Para hacer frente a “esa ola de odio que llegó” , se ha producido una “ola del bien”, como es el caso de la red de voluntarios que ofrecen servicios gratuitos para ayudar a las parejas que desean casarse aún en 2018, pero no tienen condiciones financieras para ello.
Gracias a esa red, las empresarias Michele Nobre y Stephanye dos Santos realizaron el sueño de oficializar su unión en una boda donde, desde la fotógrafa hasta la maestra de ceremonias y la confitera, trabajaron de manera voluntaria.
“Es un momento único, no imaginábamos la proporción que iba a tomar. Esa acogida, ese cariño, todo ese afecto está siendo muy único y muy alentador”, asegura Stephanye.
La maestra de ceremonias Jamila Maia, cuyos valores para la celebración de eventos se sitúan en los 1.000 reales (unos 260 dólares), afirma que decidió participar porque “nadie puede tener negada la posibilidad de ejercer plenamente el amor”.
“Yo creo que todos somos iguales y, si somos iguales, todos debemos tener los mismos derechos, da igual a quien amemos”, expresa Maia, quien celebrará al menos otras tres bodas en diciembre.
El fenómeno de anticipar los matrimonios gais se intensificó tanto tras la recomendación de Dias que muchos notarios ya no tienen fechas disponibles para oficializar las uniones.
Otros han optado por extender sus horarios para atender la “alta demanda”.
En un notario ubicado en el corazón de Sao Paulo, los matrimonios en diciembre cuadruplicaron respecto a los meses anteriores y los funcionarios ampliaron el expediente de trabajo en cuatro horas los sábados, explica el funcionario Rafael de Sousa.
Así, ya sea por un estado de alerta respecto al futuro o por un impulso momentáneo, centenares de parejas, apoyadas por más de 600 voluntarios, celebrarán su amor en diciembre y garantizan: “La solidaridad y el amor son también una forma de resistencia”.