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Desde poco después de las 13:00, el estadio León Coundou comenzó a recibir a las más de 2.000 personas que formarán parte del encuentro entre representantes de la sociedad civil y el papa Francisco, en una de las actividades más resaltantes de la agenda del segundo día de la visita del Sumo Pontífice a nuestro país.
Políticos, representantes de los tres poderes del Estado, dirigentes de organizaciones sociales y no gubernamentales como campesinos e indígenas fueron llegando paulatinamente y ubicándose en los lugares que les fueron asignados. Hasta dirigentes deportivos, como los presidentes de Olimpia y Cerro Porteño, Marco Trovato y Juan José Zapag; además de futbolistas de la talla de Pablo Zeballos y Cristian Riveros se hicieron presentes.
El momento más emotivo se dio cuando llegó al lugar el artista Koki Ruiz, el creador del retablo de maíz, cocos y calabazas que servirá de escenario para la misa que oficiará el domingo en horas de la mañana el papa Francisco en Ñu Guasu. El artista plástico fue recibido por una ovación generalizada. No faltaron las críticas por el hecho de que un hombre como él haya sido ubicado en las graderías, mientras que políticos cuestionados tenían reservados asientos entre las primeras filas.
Las graderías fueron las primeras en llenarse, mientras que la zona destinada a autoridades se iba llenando paulatinamente, informó el periodista de ABC Color Arturo Zarratea Herreros.
El programa inició poco después de las 15:00, con una breve introducción del himno nacional paraguayo. Posteriormente, un grupo de niñas se encargó de recitar el poema Yo nací aquí, del mítico Augusto Roa Bastos.
“Yo nací aquí. En este país de tradiciones y emociones, curtido por historias asombrosas. En este cálido subtrópico de silencios estridentes y gritos soterrados. He aquí a este Paraguay de sentimientos morenos y músculos acerados. De vorágines y sosiegos. De poetas marciales y guerreros mansos”. Las líneas creadas por el genio del escritor paraguayo más universal estremecieron a los presentes en el lugar.
“Soy paraguayo, soy de la tierra del jazmín y del trabajo…”. El cantautor Pablo Benegas se encargaría de mantener el nivel de emotividad bien arriba con su canción Soy de Mi Tierra, acompañado por el maestro Óscar Fadlala. La gente acompañaba con palmas.
Un grupo de 10 mujeres del pueblo Ava Guaraní presentaron danzas rituales dedicadas a un papa Francisco que en ese momento estaba descansando en la Nunciatura Apostólica a la espera de una autorización de los médicos que lo acompañan –que le habían ordenado descansar aunque sea brevemente- para poder ir a la Fundación San Rafael para visitar la Clínica de enfermos terminales creada por el Padre Aldo Trento. Esta misma parcialidad será la que representará a Paraguay en la Copa América Indígena.
Los indígenas pidieron que terminen las muertes y discriminación hacia los pueblos originarios, algo que fue aplaudido por los presentes. La joven artista Fátima Fernández se encargó de presentar una declamación, a la que le siguió la puesta en escena de una danza coreográfica del elenco La Familia.
Otro momento emotivo fue el que protagonizaron dos niñas de la Academia Lourdes Llanes que declamaron “Yo juego un juego”, mientras portaban cartones como los niños en situación de calle. Sergio “Banana” Pereira presentó luego su canción “Donde brilla el silencio”.
No faltaron las alocuciones con referencia al ataque al medioambiente y las consecuencias sobre los seres humanos, a cargo de Andrea Weiler. El grupo Sembrador fue acompañado por incesantes palmas. Los bomberos hablaron sobre voluntariado, valores, la familia y el agradecimiento que reciben.
Jazmín Gustale habló de macroeconomía de nuestro país y mientras daba algunos números, sindicalistas de la CUT comenzaron a gritarle; ella respondió pidiendo diálogo entre todos los sectores.
Dos momentos de relativa tensión se dieron en el León Coundou a la espera de la llegada del Papa. El primero se dio cuando guardias intentaron sacar una pancarta con una leyenda sobre Curuguaty, aquella masacre de junio de 2012 que sigue enlutando a la sociedad paraguaya.
La gente se opuso. Los sindicalistas colgaron esa pancarta y sus banderas a pesar de que se había dicho que estaba prohibido. Por micrófono pidieron que la gente se abrace para intentar una reconciliación entre todos los paraguayos.
El otro momento de tensión se dio a la llegada del presidente Horacio Cartes. El mandatario fue recibido entre abucheos y gritos de “Edelio, Edelio”, recordando al suboficial secuestrado desde hace más de un año por el EPP.
La Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, la misma que recorrió el mundo y fue motivo de admiración en diferentes partes, se preparaba para recibir al Papa.
Francisco arribó al León Coundou a las 16:35, luego de una breve parada por la Fundación San Rafael, creada por el sacerdote italiano Aldo Trento.
El papa responderá a cinco preguntas durante el encuentro, preguntas que serán formuladas por un joven católico, un indígena, una mujer campesina, una mujer empresaria y un ministro.
La primera será: “Su Santidad, en la Evangelii Gaudium usted nos ha dicho que en la medida que Dios reine entre nosotros la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz y de dignidad para todos. Para la sociedad paraguaya, que se caracteriza por poseer una enorme inequidad social, con instituciones débiles, con alarmantes índices de pobreza, con corrupción e impunidad, en la que al mismo tiempo gozamos de plenas libertades públicas, con un proceso democrático en afianzamiento y con una juventud que emerge con fuerza, ¿qué significa o qué implica que reine la fraternidad, la justicia, la paz y la dignidad para todos?”.
La siguiente será formulada por representantes de los pueblos originarios: “Santo Padre, nos invitas a diseñar una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, memoriosa y sin exclusiones. ¿Cómo podemos nosotros, los representantes de los diferentes pueblos y sectores de la sociedad paraguaya, generar esa cultura y avanzar en un proyecto de nación que no sea para unos pocos o privilegiados; sino que refleje un sentimiento colectivo, fruto del logro de acuerdos y de un verdadero pacto social y cultural?”.
La tercera consulta la harán representantes campesinos e indígenas: “La Iglesia Católica hace suyo el clamor de la inclusión social de los pobres, lo cual significa resolver las causas estructurales que provocan la pobreza y promover el desarrollo integral de los mismos. Santo Padre: ¿qué desafíos y qué compromisos genera para los dirigentes hoy aquí reunidos, asumir este clamor y así lograr el bien común como cimiento para una paz social duradera y fecunda?”.
La cuarta pregunta estará a cargo de una empresaria. “Su Santidad: entendemos que el crecimiento en equidad exige algo más que el crecimiento económico. Nuestro país –en comparación a otros países de la región– ha logrado importantes índices de crecimiento económico en los últimos años, pero esa prosperidad no ha beneficiado la calidad de vida de todos los paraguayos. ¿Es éste solo un problema de políticas económicas inadecuadas o es un asunto más complejo? ¿Cuál es el camino que desde cada uno de nuestros sectores debemos tomar para abrazar el compromiso de generar un crecimiento con equidad? ¿Hacia dónde deberíamos dirigirnos para no repetir las propuestas del “populismo irresponsable” al que hace referencia en la EG u otros caminos que han demostrado ya su poca efectividad?”.
Finalmente, la quinta pregunta la realizará el ministro de Planificación, José Molinas. “Santo Padre: los paraguayos nos sentimos privilegiados por su presencia en esta tierra con mayoría de población católica. Hemos escuchado la admiración que tiene hacia nuestro pueblo y en particular hacia la mujer paraguaya. Al agradecerle su visita, desearíamos que nos ilumine e inspire señalando el espacio que usted considera que el Paraguay está llamado a ocupar, el impacto que nuestro país –a pesar de sus limitaciones– podría tener en el concierto de las Naciones y la manera en que podríamos contribuir a las iniciativas que desde la Sede Apostólica se promueven para el bien común, en todos los pueblos del mundo”.