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Cabral, de nacionalidad argentina pero de padres paraguayos, decidió abandonar el país luego de que fuera víctima de secuestro en agosto del 2003.
Cerca de las 16:30 del jueves 31 de julio, el tabacalero se detuvo en lo que parecía ser una barrera policial cerca de la represa de Acaray, allí los criminales vestidos de policías lo obligaron a dejar su rodado y lo metieron a una camioneta, para llevarlo encapuchado.
Para liberarlo, su familia tuvo que pagar la suma de 1.500.000 dólares. En una entrevista concedida a un medio brasileño, Cabral relató que en todo momento estuvo esposado, incluso a la hora de dormir.
Luego de que fuera liberado, el empresario y toda su familia abandonaron la zona de la Triple Frontera. Tras vivir un tiempo en Estados Unidos viajó a Foz, donde lo encontró la muerte el pasado sábado.
Tres años después, todos sus captores fueron condenados a prisión.