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Mucho se ha hablado en los últimos días de la posibilidad de recurrir a las urnas electrónicas para contrarrestar todas las intenciones de fraude electoral que pudieran existir, a raíz de las sospechas reveladas en los recientes audios filtrados por ABC Cardinal.
Pero, ¿se ha puesto usted a pensar si realmente el voto electrónico es la opción ideal que nos librará de las movidas turbias en el conteo de votos? Quizá este sistema también tenga ciertas falencias que bien vale la pena conocer, de manera a sopesar cuál de los sistemas es el que nos redituará en más transparencia y menos perjuicios a nuestro ya frágil sistema democrático.
El Partido Patria Querida (PPQ) presentó un proyecto de ley sobre el desbloqueo de listas sábana y un plan para incluir de urnas electrónicas en procesos electorales.
Pero desde la organización paraguaya Tecnología y Comunidad (Tedic), advirtieron sobre algunos mitos y verdades relacionadas al voto electrónico y sus implicancias.
Para empezar, aclaran que el voto electrónico es una tecnología que presenta varias modalidades, cada una de las cuales tiene sus respectivas falencias.
Según informa la Tedic, se conocen por lo menos tres modalidades básicas de voto electrónico, entre las que se cuentan la boleta única electrónica, la urna electrónica, y el voto electrónico por Internet.
Entre estos tres sistemas, existen diferencias y semejanzas, pros y contras. Pero lo cierto y lo concreto es que ninguno es infalible, todos los métodos tienen algunos problemas básicos, que es importante considerar antes de volcarse por uno de ellos para organizar unas elecciones.
Comencemos a conocer algunos de ellos.
Este sistema es la combinación de los votos por medios electrónicos, y los conteos por medios mixtos (contando también los medios tradicionales).
Es decir, se utiliza una pantalla táctil en un cuarto secreto para realizar la votación, y luego se imprime una boleta con los datos del voto, conteniendo un código de barras o un chip adherido, para depositarlos en una urna tradicional. Esa es la principal diferencia con la urna electrónica.
El procedimiento para el conteo se hace con ayuda de una máquina lectora y con la supervisión de delegados y fiscales de mesa, y las boletas son contadas a través del chip o el código de barras.
Podría decirse que este sistema es el de menor peligro en comparación a la urna electrónica y al voto electrónico por internet, pero ojo, eso no significa que no presenta problema alguno. A continuación, algunas de las debilidades de esta alternativa de votación.
- Si llegan a existir inconvenientes técnicos durante la jornada electoral, el desempeño se ve afectado pues se dependen de la conexión a fuentes de energía. En caso de cortes, hay riesgo de que el almacenamiento de votos se vea afectado.
- Otra desventaja es la poca posibilidad de acceso que tienen al sistema las personas que no cuentan con un buen nivel de alfabetización digital, factor que puede perjudicar el resultado del voto. Incluso, si se trata de paliar esta falencia con la presencia de asistentes, se pierde la esencia voto secreto.
- Los chips que se utilizan para este método pueden tener señales interceptadas a distancia, por lo que el carácter del voto secreto también se ve en riesgo.
- No hay garantía de que las máquinas utilizadas no se queden con la información de cada votante después de imprimir los votos.
- Estos sistemas de votación son provistos al Estado a través de empresas privadas, por lo que los datos electorales están en manos de empresas particulares, y por ende, bajo su control.
- El costo elevado del sistema es otro aspecto. A esto se suma la desventaja de que capacidad de reutilización es baja, pues el sistema se vuelve obsoleto en corto tiempo, considerando la constante necesidad de actualizarlo ante la generación de nuevas brechas de seguridad.
Permite obtener un conteo de votos mucho más rápido y sistemático. Provee resultados inmediatos y por ende agiliza el proceso.
No obstante, no es 100% eficaz, y presenta los siguientes problemas:
- Permite hacer conexiones entre el usuario y su voto, por ende también se pierde el aspecto secreto del proceso.
- También se encuentran bajo el control de empresas de software privadas. Teniendo en cuenta que el conocimiento sobre su funcionamiento pertenece a una cierta élite tecnológica, existe un riesgo de que este pequeño grupo pueda manipular el funcionamiento de las urnas.
La posibilidad de fallas técnicas puede hacer que el conteo de votos no sea representativo de las mesas de votación. Ya se han registrado casos de votaciones en las cuales las urnas emitían cero votos, o miles de votos en una mesa en la que votaron solo cientos de personas.
Este sistema también puede resultar complejo para personas con poco conocimiento digital.
Este sistema de voto electrónico abarca todo mecanismo de votación que se pueda realizar a través de un dispositivo que esté conectados a las redes. Esto facilita que los usuarios puedan emitir su voto a distancia, sea desde sus propias casas o desde fuera del país.
Estas son algunas de sus desventajas:
- Hasta hoy en día, el sistema no ha logrado asegurar la autenticidad de la identidad de los votantes, por lo cabe la posibilidad de que una persona pueda votar más de una vez, hacerse pasar por otra persona, o votar a pesar de no estar habilitada para hacerlo.
Este error se puede subsanar recabando datos del usuario y verificando sus documentos. Pero de esta manera se pierde el secreto del voto.
Para el Tedic, ninguna de estas modalidades de voto electrónico logrará ejecutar un proceso de votación más democrático si no se proveen programas de capacitación para un uso ágil.
La organización añade que tampoco se progresará si se sigue haciendo uso mecánicas que desvanecen el aspecto secreto del voto.
Desde la organización Tedic aconsejan que un paso importante para hacer uso de estas tecnologías es “primero embarcarse en un largo proceso de debate político y ciudadano”.
Por último, reiteran que no creen que el voto electrónico garantice una gestión del sistema electoral más democrática, pues consideran que también que es de suma necesidad modificar el Código electoral vigente para lograr un actualización de los mecanismos electorales que se adecuen a la realidad actual.