“Peluquín a Tacumbú”, gritan ciudadanos de la "comisión escrache" frente a la secretaría del Palacio de Justicia, donde se hace la audiencia de revisión de medidas del exlegislador Óscar González Daher y su hijo Óscar Rubén Chaves, ante el juez Humberto Otazú. La defensa de ambos quiere lograr la prisión domiciliaria.
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Óscar González Daher (ANR, cartista) y su hijo están imputados por enriquecimiento ilícito, declaración falsa y lavado de dinero. Esto ocurrió luego de que el Ministerio Público allanara una serie de locales y obtuviera un informe de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad) con respecto a una fortuna que no podría explicar.
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Los manifestantes recuerdan que los hechos punibles por los que están imputados son considerados crímenes y no permiten medidas alternativas a la prisión.
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Además, el ex parlamentario colorado tiene otro proceso en el cual está imputado, por tráfico de influencias, soborno y asociación criminal, en torno a los audios filtrados del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) en los que se escuchan llamadas telefónicas sobre cómo supuestamente se amañaban procesos judiciales.
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Esto le costó a González Daher ser echado históricamente del Senado y luego verse obligado a renunciar a su banca, debido a la fuerte presión social y la inminente segunda pérdida de investidura.