Fuertes lazos con los narcos

El diputado Bernardo Villalba está en el ojo de la tormenta dentro de la Cámara de Diputados, donde se lo vincula como la persona que opera a favor de los narcotraficantes debido a su pasado como abogado de poderosos criminales.

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Por más de una década, Bernardo Villalba fue juez de Pedro Juan Caballero hasta que en el 2004 renunció ante una inminente destitución. Esto se dio luego de que el magistrado haya incautado una avioneta que transportaba droga y tiempo después liberó la nave a favor de la Corte Suprema de Justicia, en un hecho que violó la Constitución Nacional y disposiciones internacionales.

Cuando Villalba vio que iba a ser destituido, optó por presentar su renuncia ante la Corte, entidad a la que había beneficiado con la narcoavioneta. Como era de esperarse, la máxima instancia judicial aceptó rápidamente el pedido.

De ahí en más, Bernardo Villalba comenzó a tejer su carrera de abogado “pasillero”, buscando seguir trabajando. Sus clientes más preciados fueron los narcotraficantes de la zona fronteriza. Luego se asoció con el abogado Pedro Wilson Marinoni y trabajaron juntos en el mismo estudio.

Entre los clientes más adinerados y que tuvieron nexos directos con el narcotráfico y fueron probados en juicios orales, están Jarvis Chimenes Pavao y Leoncio Marecos, quien era socio comercial de Iván Mendes Mesquita, un poderoso narcotraficante quien fue detenido en el Chaco paraguayo y que luego fue extraditado a los Estados Unidos.

Mendes Mesquita estaba siendo buscado y era acusado de enviar una tonelada de cocaína al mes a los Estados Unidos. El traficante utilizaba una pista de aterrizaje ubicada en la estancia de Marecos para sacar las cargas de drogas.

También figuran entre los defendidos de esta dupla de abogados Irineu “Pingo” Soligo, cabeza del narcotráfico, y su hijo Jonathan Wink Soligo, quien fue liberado por un tribunal que luego fue enjuiciado y destituido. Se ordenó un nuevo juicio para Soligo, pero el mismo nunca más se volvió a presentar ante la justicia.

Bernardo Villalba, ya tal vez con solvencia económica, decidió volcarse a la política. Por la ANR peleó por un lugar en la Cámara de Diputados y consiguió su objetivo. Cinthia Tarragó, esposa de Pedro Wilson Marinoni, exsocio de Villalba, también se sumó a la carrera política. Al igual que el exjuez, ganó una banca en la Cámara de Diputados.

El año pasado se presentó un proyecto de Ley para evitar que los ciudadanos paraguayos y nacionalizados sean extraditados al Brasil. Desde el primer momento se apuntó a que la maniobra era para evitar que Jarvis Pavao y otros peces gordos del narcotráfico sean llevados a las duras cárceles del Brasil para pagar sus penas.

El mayor defensor de este proyecto de Ley fue Villalba, en cuestión de días se logró la media sanción y la carpeta fue enviada al Senado. Ahí los parlamentarios devolvieron el proyecto a Diputados, con dos dictámenes en contra.

“Cuando el proyecto llegó con media sanción desde Diputados al Senado lo rechazamos inmediatamente y volvió a Diputados donde hubo un largo debate para tratar de que se apruebe. Todo esto me hace presumir, por lo menos, que existen diputados que desde sus bancas operan a favor de los narcotraficantes”, dijo el senador Enrique Bacchetta apuntando directamente a Bernardo Villalba.

A todas luces, la narcopolítica opera desde uno de los poderes del Estado abiertamente. Bernardo Villalba tuvo nexos muy cercanos con los más grandes narcotraficantes que operaron en Paraguay. Sus defensas a proyectos como el que planteaba blindar a los mafiosos y evitar su extradición hacen sospechar que desde su banca el diputado sigue abogando por los narcos.

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